Santa Fe. - Una investigación avalada por la Universidad Nacional del Litoral y el Instituto Nacional de Limnología (Inali-Conicet) demostró que el agua arrojada al río Salado por la planta de efluentes industriales de la ciudad de Esperanza contiene 600 veces más de cromo que lo normal.
El trabajo pertenece a los investigadores Víctor Ulloa y Mercedes Marchesse, licenciado en Biodiversidad y master en Ciencias, respectivamente. Fue presentado en las VII Jornadas de Ciencias Naturales del Litoral y, según sus conclusiones, los valores de cromo que contiene el agua del efluente serían 600 veces superior a lo considerado como normal en aguas naturales.
Las conclusiones de esta ponencia fueron dadas a conocer por el semanario esperancino Edición Uno, y plantea un interrogante en torno a la eficiencia de la planta de tratamientos de efluentes industriales, y hasta qué punto ese proceso arroja agua totalmente purificada al río Salado.
El tema de la contaminación en esa ciudad salió nuevamente a la superficie por la preocupación de padres, médicos, epidemiólogos y distintas entidades ante la posibilidad de riesgos para la salud producidos por contaminaciones ambientales. Asimismo, tuvo su eco en sendos pedidos de informes presentado por el bloque demoprogresista en la Cámara de Diputados.
Por uno de ellos se requiere saber si se han efectuado encuestas epidemiológicas que contemplen la morbimortalidad de todas las patologías que pudieran ser consecuencia de la existencia de sustancias sólidas, líquidas o gaseosas emanadas de cualquiera de las instalaciones de producción de la zona que tengan en su proceso sustancias con riesgo de contaminar.
Por otra parte, se solicitan detalles sobre los sistemas de tratamientos de efluentes, en particular si se ha tenido en cuenta por parte de los organismos de control todo lo que tiene que ver con su construcción, mediciones de caudales, residuos y tratamientos de líquidos o sustancias residuales, disposición final y otros puntos.
La planta de tratamiento de efluentes industriales está en funcionamiento desde aproximadamente dos años atrás, pero en ningún momento se realizó una evaluación del daño ambiental que durante incontables años provocaron, por ejemplo, las curtiembres de la zona, sin que haya tratamiento alguno de sus efluentes.
Los años del zanjón
Por décadas un zanjón a cielo abierto cruzó la ciudad para terminar arrojando al río Salado los residuos altamente contaminantes. Un dato que se podía observar desde el aire a través de los techos de zinc prácticamente comidos por la acción de los metales pesados.
Actualmente, el zanjón, en el tramo que va desde la curtiembre más importante de la ciudad hasta la planta de tratamientos, se encuentra entubado, pero continúa a cielo abierto desde allí hasta el río Salado, donde son arrojados los líquidos luego de atravesar también el balneario de Esperanza.
El trabajo realizado por Ulloa y Marchese especifica que se realizó sobre dos especies animales seleccionadas para ese estudio porque ambas son de conocida abundancia en la región. El hyalella curvispina (amphipoda) y el limnodrilus udekianus (oligochaeta), nombres de un crustáceo (agua) y una lombriz (tierra) sobre los cuales se efectuó el estudio y se comprobó que para estas especies el agua es letal.
La elección del cromo (metal pesado) y glifosato (herbicida) como agentes tóxicos se fundamenta en que ambos son de utilización en la zona. El primero fuertemente asociado a la industria del cuero, y el segundo a la actividad agrícola de la región.
Si bien el trabajo es una investigación sobre el comportamiento de las especies frente a elementos tóxicos, lo que genera preocupación y alarma son las conclusiones del estudio cuando se refiere concretamente a las aguas que salen de la planta de tratamiento, que deberían volcarse sin contaminantes.
Los resultados arrojados en las pruebas con el efluente de la planta de Esperanza -señala la ponencia-, trabajando con diluciones inferiores al 60 por ciento, han evidenciado una alta toxicidad para ambas especies. Hecho no atribuible sólo a la concentración de cromo presente, sino también a otros posibles contaminantes no analizados en el estudio.
El dato de contenido de cromo del efluente, aportado por un análisis de espectrofotometría, evidencia una notable diferencia en las concentraciones entre sobrenadante (0,25 miligramos por litro) y el homogeneizado de la muestra (6,4 miligramos por litro). Cabe recordar en este sentido que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) ubica como niveles normales de cromo en agua naturales a los 0,01 miligramos por litro.
Presencia de Greenpeace
Ayer se conoció que la entidad ecologista Greenpeace, que recientemente realizó un acto de protesta y denuncia en Las Toscas por la contaminación que genera la actividad de una curtiembre, anunció que próximamente hará una visita a Esperanza y Rafaela para tomar registros de las arroyos de esta región. Que se cuiden las empresas de curtiembre que están contaminando en Esperanza y Rafaela porque pronto se van a realizar tomas ambientales de aire y agua, amenazó una fuente de Greenpeace.