Año CXXXIV
 Nº 48.966
Rosario,
miércoles  13 de
diciembre de 2000
Min 23º
Máx 34º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com






Plantean que la nacionalidad nipona de Fujimori invalida su gobierno en Perú
Crece el malestar por la decisión de Tokio, que impide que el ex mandatario rinda cuentas a la Justicia

Lima.- Una corriente de indignación se originó ayer en Perú al conocerse que el gobierno de Japón confirmó que el ex presidente Alberto Fujimori es ciudadano nipón, y expertos pusieron en duda la validez de su gobierno. La opinión pública reaccionó con malestar debido a que la nacionalidad japonesa de Fujimori impedirá a la Justicia peruana pedirle cuentas por posibles delitos de función durante su gestión. El gobierno japonés ha sido claro al decir que no atenderá eventuales pedidos de extradición de las autoridades peruanas en contra del ex mandatario.
Aunque Fujimori no enfrenta acusaciones, su ex asesor de inteligencia, Vladimiro Montesinos, ha sido denunciado por presunto enriquecimiento ilícito, tráfico de armas, corrupción de funcionarios y lavado de dinero, lo que hace pensar a detractores del ex mandatario que éste no pudo desconocer los manejos de su ex hombre de confianza. Es decepcionante cómo nos ha engañado y nos ha engañado con premeditación, comentó Luisa Montoya, ama de casa de 45 años. Siento muchísima vergüenza y cólera, así es como nos ha dejado.
Fujimori, hijo de inmigrantes nipones que se establecieron en Perú en los años 30, fue inscrito al nacer en el consulado japonés en Lima y figura en el registro o koseki de su familia en el pueblo de Kumamoto, lo que le otorga la condición de ciudadano japonés. Y al haber nacido en Perú, Fujimori adquirió automáticamente la nacionalidad peruana. Hasta 1985, los niños nacidos fuera del Japón y de padres japoneses tenían el derecho de la doble nacionalidad si su nacimiento fue registrado ante las autoridades japonesas locales.
En círculos políticos, se cuestionaba que Japón haya guardado silencio sobre la ciudadanía nipona de Fujimori, en 1990 cuando asumió el poder, y más tarde, en 1997, cuando hubo gran revuelo por denuncias periodísticas que pusieron en entredicho que el ex gobernante haya nacido en Perú. Ahí hay una cosa absolutamente sospechosa. No se exactamente cuál es el nivel de relación que puede haber tenido el señor Fujimori con Japón en algunas relaciones de estado, en inversiones japonesas en el Perú, como para que lo protejan de esta manera, y el Perú después de 10 años conozca que el señor Fujimori tenía la nacionalidad japonesa, comentó el congresista César Zumaeta. Otros señalan que de haberse sabido que Fujimori también tenía la nacionalidad japonesa, tal vez no habría tenido muchas posibilidades de ser elegido presidente en 1990, y reelegido en 1995 y 2000.
La noticia ha planteado también un debate entre juristas sobre si el hecho que Fujimori no haya renunciado a su nacionalidad japonesa hace inválido su gobierno de 10 años. Según dijo el jurista Javier Valle Riestra, la Constitución de 1933, bajo la cual nació Fujimori en 1938, obligaba a todo peruano a renunciar a cualquier otra nacionalidad para conservar la peruana. Fujimori fue sólo japonés y no peruano, entonces ha habido una impostura, una usurpación de atribuciones y un engaño al país, declaró Valle Riestra. Fuimos una prefectura japonesa, afirmó.
Pero otra opinión tuvo el recientemente electo presidente del Tribunal Constitucional, Manuel Aguirre Roca. Si Fujimori alega, o manifiesta o aduce que nació en el Perú -y lo dice su madre- es peruano de nacimiento, aunque sea hijo de extranjeros. No nos interesa si además es japonés, declaró el magistrado a periodistas. Pero dijo, que en caso que se descubriera que Fujimori no nació en Perú -según pasadas especulaciones periodísticas- sería una estafa política.
Fujimori sorprendió a los peruanos el mes pasado, cuando en medio de una grave crisis, originada por escándalos de corrupción en su gobierno, presentó su renuncia a la presidencia desde Japón. Entonces, como reflejo de la indignación nacional, el Congreso rechazó su renuncia y lo destituyó por permanente incapacidad moral.


Diario La Capital todos los derechos reservados