Jerusalén.- Dos días después de la dimisión de Ehud Barak como primer ministro, en Israel la confusión por las elecciones anticipadas es total y las miradas se dirigen ahora a la arena legal. La renuncia de Barak entró en vigor ayer, 48 horas después de su anuncio formal, a la par que el Tribunal Supremo israelí tuvo que intervenir en la pelea entre gobierno y oposición. El tribunal rechazó la demanda de un parlamentario derechista que pedía que la Corte ordenara al Parlamento israelí (Knesset) debatir una moción de desconfianza que había presentado la semana pasada y que el consejero legal del Parlamento había decidido que no podría ser escuchada. Los jueces dijeron que no van a intervenir en el trabajo de la Knesset.
En este contexto, la candidatura del principal oponente de Barak, el ex premier conservador Benjamin Netanyahu, sigue estando entre grandes interrogantes. Aunque el ex primer ministro no es en la actualidad parlamentario, el comité electoral del partido derechista Likud decidió ayer que podrá presentarse a las elecciones internas frente al actual jefe de este partido, Ariel Sharon.
Según la ley, en caso de que el 6 de febrero próximo sólo se celebren elecciones directas para elegir un nuevo jefe de gobierno y no unos comicios parlamentarios generales, Netanyahu no podrá presentarse como candidato. Si pese a todo el Likud lo elige como cabeza de lista, este partido podría quedarse sin postulante.
Para hoy se espera que en la Knesset se vote sobre una proposición de reforma de ley hecha por el partido ultraortodoxo Shas que permita una candidatura de no parlamentarios. Sin embargo Netanyahu, quien según todas las encuestas tiene una amplia ventaja sobre Barak, rechaza una reforma legislativa de este tipo y exige la disolución de la Knesset, lo que tendría como consecuencia la celebración de unas elecciones generales. Así se podría postular oficialmente.
El Likud espera ahora poder imponer el 19 de diciembre una proposición de ley sobre la autodisolución del parlamento en segunda y tercera lectura con la necesaria mayoría de 61 de los 120 votos de los parlamentarios. El consejero legal parlamentario Zvi Inbar aconsejó a la Knesset posponer de 60 a 90 días las elecciones generales, después de la dimisión de Barak, ya que si no los partidos no tendrían prácticamente tiempo de nombrar candidatos parlamentarios.
Por su parte, Barak explicó por teléfono al presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, los motivos de su dimisión. Según expresó ayer en Jerusalén, también discutieron sobre la actual situación en los territorios palestinos. Oficialmente, la Casa Blanca ha calificado la renuncia de Barak de cuestión interna de Israel.
Según informaciones de la radio israelí, de cara a las elecciones de febrero Barak ha intensificado sus esfuerzos para lograr un acuerdo con los palestinos. El ministro del Exterior israelí, Shlomo Ben-Ami, y el jefe de la oficina de Barak, Gilad Sher, han recibido el encargo de sondear las posibilidades de una reanudación de las negociaciones con los palestinos.
Barak en campaña
Barak, inició formalmente ayer su campaña de reelección, insistiendo en que un voto para él, era un voto por la paz con los palestinos. El primer ministro saludó a decenas de estudiantes de enseñanza media que lo asediaron durante su visita a una escuela de la clase trabajadora en la zona Petah Tikva, al centro de Israel.\Destacando lo que con probabilidad será el tema principal de su campaña, Barak aseguró a los adolescentes: Así como nos retiramos del Líbano y renovamos el crecimiento económico, haremos todo lo que esté a nuestro alcance para traer la paz y la seguridad. Las próximas elecciones serán el verdadero referendo en el camino hacia la paz y la seguridad, para poner fin a guerras y separación de los palestinos.