El presidente Fernando de la Rúa destacó ayer las coincidencias alcanzadas con la Iglesia, mientras la cúpula del Episcopado le sugirió elípticamente rectificar intenciones para que los argentinos disfruten del derecho y el deber a vivir la esperanza. En un mensaje indirecto, el titular del cuerpo colegiado de la Iglesia, monseñor Estanislao Karlic (Paraná), expresó que los cambios son posibles para iniciar una era de renovación, después de haber dialogado con el presidente en la Casa de Gobierno.
Al referirse al postergado encuentro, solicitado hace un mes por el primer mandatario luego de que el Episcopado hiciera público un crítico pronunciamiento sobre la realidad social y política del país, De la Rúa aseguró que hubo una coincidencia absoluta en que lo importante es mejorar las condiciones de vida de los argentinos.
El jefe del Estado subrayó que lo que existe e importa es la gente, y apeló a una ironía para responder una pregunta sobre el cuestionamiento eclesial en cuanto a que el gobierno priorizaba los mercados y no la asistencia social.
Yo a los mercados no los conozco. Yo a mi mesa de Navidad no voy a invitar a los mercados sino a la gente, a mi familia, a alguien que pueda ser próximo por solidaridad, aseveró De la Rúa, al tiempo que procuró aclarar que no hay divisiones ni posiciones de un lado y otro, sino que todos estamos pensando en la gente y trabajando por y para la gente.
Luego, el presidente repitió que nuestra prioridad es la gente e indicó que el mayor esfuerzo (del gobierno) será remediar la pobreza, que es lo que nos duele.
Revisionismo
En tanto, voceros episcopales y gubernamentales revelaron que la mayor parte de la audiencia estuvo dedicada a un análisis cuantitativo del documento episcopal del pasado 11 de noviembre, donde se afirmaba que la tarea (de gobernar) no debe reducirse a cerrar las cuentas para tranquilizar a los mercados.
Mientras el referente episcopal dijo que no hubo discusiones, sino diálogo constructivo, el interlocutor oficial puntualizó que existe el objetivo común de recrear la esperanza y la confianza para tener un país en crecimiento.
Otro interlocutor gubernamental calificó la reunión como lindísima, y descartó de plano que la cuestión Guillermo García Caliendo, el polémico secretario ejecutivo de la Pastoral Social, haya sido uno de los tópicos del diálogo con los referentes eclesiástico.
De ninguna manera, eso pasa por otro carril, sentenció el funcionario consultado por esta agencia.
Parte de la religión
Minutos antes, Karlic, quien actuó como portavoz de los prelados, afirmó que la audiencia sirvió para explicar el corazón del último pronunciamiento episcopal, que ha sido el llamado a la grandeza del alma para construir el bien común que tenemos cada día, y tomar nuestra parte en esta responsabilidad que nos toca.
El prelado paranaense sostuvo, asimismo, que el Episcopado reconoce que la crisis del país es moral, por lo tanto no es fácil superarla, pero advirtió que es posible, y por eso terminábamos nuestro encuentro diciendo lo que los Papas dicen de la Iglesia, que es posible y es debida la primavera para la Argentina.
Tras especificar que es posible esta primavera porque los hombres somos libres, y estamos llamados a las responsabilidades de nuestras conciencias, monseñor Karlic precisó: Si hoy mismo rectificamos nuestras intenciones, hoy mismo puede empezar esa renovación que no va a terminar hoy, que tiene que seguir cada día, y tenemos que decirnos que la Argentina tiene el derecho y el deber de vivir la esperanza.
Por su parte, De la Rúa afirmó que en la reunión transmitimos los esfuerzos que venimos haciendo, con espíritu de solidaridad, para llevarlos a cabo y especialmente la confianza en el futuro de la Argentina, para ir remediando los problemas que hoy nos preocupan.
Hemos tenido -sostuvo- un diálogo con una coincidencia absoluta en que lo importante es crear mejores condiciones de vida para la Argentina, generar trabajo, defender la verdad, la solidaridad, el sentido cristiano de la vida, ahora que se acercan las Navidades.
La defensa de las familias argentinas y su condición de vida, es prioridad para el gobierno, dijo de la Rúa, quien aseguró que le transmitió a los prelados la alegría por el último documento de los obispos, que tiene una apelación al conjunto de la sociedad para una vida mejor y más justa.