Editorial

La telefonía celular

Es indudable que de todas las privatizaciones operadas durante la gestión de Carlos Menem, la del servicio telefónico es la que más espectaculares resultados positivos ha dado. Esto se observa con claridad en el sector de la telefonía celular que, con motivo de la liberación del mercado hoy en proceso, ha provocado una expansión prácticamente explosiva. Expansión en la que, además de las dos originales, pujan otras empresas transnacionales.
Tal es lo que se desprende de la reciente firma del convenio especial que, paulatinamente, permitirá una rebaja de hasta el 20 por ciento en el costo de las llamadas desde los teléfonos fijos a los móviles. Movicom, CTI, Unifón y Personal acordaron, junto con Telecom, Telefónica y Nextel, que el mes próximo el costo de esas comunicaciones descenderá, sin incluir el IVA, a 31,5 centavos y en julio a 30, para llegar finalmente a 28 centavos a principios del 2002. Con el IVA incluido, el costo de un minuto de comunicación desde un aparato fijo a uno móvil, que en la actualidad demanda una inversión de 47 centavos, acabará requiriendo sólo 39. Esta rebaja tendrá una incidencia negativa para las compañías de aproximadamente 200 millones de pesos.
La extraordinaria expansión del mercado argentino de telefonía celular tiene escasos parangones en el mundo. Ya son más de 6,5 milllones de celulares los que circulan por el país. Esto significa que uno de cada seis argentinos cuenta con un teléfono de tal característica y que en poco tiempo más esos aparatos terminarán superando el total de los teléfonos fijos. Todo como consecuencia de que crecen por año a un ritmo del 20 por ciento, en tanto que los últimos lo hacen a razón de entre el dos y el tres por ciento en igual período.
Estos y otros datos difundidos durante el acto que presidió el secretario de Comunicaciones de la Nación, Enoch Aguiar, ponen en evidencia la transformación extraordinaria operada en el sector de las comunicaciones. Transformación que sólo fue posible merced a una política de privatizaciones encarada sin medir demasiadas consecuencias, incluso superando innumerables reservas. Esto sea asumido en correspondencia con los serios cuestionamientos que -tampoco cabe duda alguna- mereció en diversas oportunidades el método utilizado para llevar adelante tal propuesta de gobierno. Una propuesta que, a diferencia de lo ocurrido en casos similares en otros sectores económicos, puede exhibir logros únicos y de indudable valía.
Polémicas y cuestionamientos al margen, otro resultado positivo a destacar tiene que ver con los beneficios que representa para los usuarios de cualquier servicio una competencia privada absolutamente libre. Incluso cuando tal liberación haya ocurrido recién al cabo de cierto tiempo.