La ortodoncia y la ortopedia dentofacial es una rama de la odontología dedicada a la atención de anomalías óseas, musculares y dentarias que afectan la boca y el rostro humano, generando inconvenientes funcionales y estéticos. En el marco de la especialidad cobra impulso una corriente que aplica criterios del campo de la física y la biología a la rehabilitación dentaria, conocida como biomecánica ortodóncica. Al respecto, el profesor Ravindra Nanda, director del departamento de ortodoncia de la Universidad de Connecticut, Estados Unidos, ofreció una conferencia en nuestra ciudad, organizada por el Círculo Odontológico de Rosario y el Ateneo de Odontología.
La ortodoncia es física. Para mover dientes hay que generar cambios en el hueso y para ello se deben aplicar fuerzas con una dirección y un empuje determinado. A su vez estas cargas no deben generar daños en el tejido bucal. La combinación eficiente de criterios provenientes de la física y la biología constituyen la rama que se denomina biomecánica ortodóncica, expresó Nanda, uno de los máximos referentes mundiales en ortodoncia y ortopedia dento facial.
El objetivo de la ortodoncia es colaborar con la buena salud bucal, que no es otra que la combinación de la armonía funcional masticatoria con la estética facial. En la medida en que los dientes estén correctamente alineados las encías experimentan una mejor salud; además se evitan problemas de fonación y gesticulación, indicó.
El especialista aconseja que cuando el niño tiene cinco o seis años es conveniente realizar una consulta a un ortodoncista. Aunque en ese momento aún no se comience con el tratamiento sí es posible prever acciones futuras de rehabilitación. Cuando el cuadro no es muy severo el tratamiento puede comenzar a los 9 años. En esta edad los resultados son más rápidos porque se orienta el crecimiento de la pieza dentaria antes de su nacimiento, ya que existe la posibilidad de influir sobre la mandíbula. En cambio en los pacientes adultos, que ya presentan la dentición definitiva sólo es posible actuar directamente sobre dientes, explicó Nanda. A pesar de ello, actualmente el 35 por ciento de los pacientes que realizan tratamiento con ortodoncia son adultos. Incluso, según Nanda, se puede comenzar con la rehabilitación dental cuando la persona tiene 70 años.
Es fundamental que la visita se realice a un profesional idóneo, ya que muchos odontólogos sin capacitación realizan ortodoncias lo que con frecuencia genera que el cuadro del paciente se agrave, advirtió Nanda.
Alambres con memoria
Una de las ramas de la ortodoncia que presenta mayor desarrollo es la referida a la innovación de materiales. Las características de los alambres que se utilizan durante el tratamiento revisten suma importancia. El acero inoxidable cuando se dobla luego no vuelve a su forma original, se rompe el límite elástico. Pero si a este material se le introducen aleaciones de níquel y titanio luego del doblez lentamente retorna a su estado anterior, por lo que es más indicado para mover los dientes, explicó Nanda.
Sumado a estas novedades y con la aplicación de criterios de biotecnología se está investigando la posibilidad de modificar el genoma humano para prevenir defectos en la articulación temporomandibular. Algunas alteraciones bucales tienen origen genético, por lo tanto, la manipulación de los genes permitiría por ejemplo, evitar que un niño nazca con una mandíbula más grande de lo normal, ilustró el especialista.
De igual modo que con la corrección de los defectos de dentición para evitar los daños producidos por las caries la consulta odontológica temprana es fundamental. Está comprobado que además del problema funcional las anomalías dentarias provocan en los niños una significativa baja del autoestima, que puede desencadenar inconvenientes psicosociales, subrayó el profesional.
La Ciudad
