Año CXXXIV
 Nº 48.966
Rosario,
martes  12 de
diciembre de 2000
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Editorial
Los terrenos ferroviarios

Desde mediados de los años 70, cuando se iniciaron las obras para el Mundial de fútbol de 1978, la ciudad está transformándose sin pausa. Fundamentalmente lo viene haciendo a partir de un nuevo trazado urbanístico que modifica de manera notable el paisaje y la comunicación vial entre las distintas zonas. Esta línea de acción se incrementó con la política de privatizaciones encarada durante la gestión del presidente Carlos Menem, que llevó a la liberación de amplias fracciones de tierras ferroviarias y portuarias. Se trató de una feliz circunstancia que hizo posible que, sin pausas y a un relativamente bajo costo, Rosario fuera recuperando su demorado contacto con el mayor bien que le otorgó la naturaleza: el majestuoso Paraná, a cuya vera lucha por desarrollarse y alcanzar el destino de armoniosa grandeza que para ella soñaron visionarios de la talla de don Luis Lamas.
Es con tal perspectiva que debe destacarse como altamente auspiciosa la firma del acuerdo entre la Municipalidad y el Organismo Nacional de Administración de Bienes del Estado (Onabe), por el cual la ciudad recibirá en forma gratuita 87 hectáreas, la mayor área jamás cedida por el gobierno nacional. En realidad, con el acuerdo son 133 las hectáreas que se incorporan al plan de reconversión urbanística. De ellas, 87 fueron cedidas gratuitamente para que la Municipalidad abra nuevas calles y construya espacios verdes. Las 46 hectáreas restantes saldrán a remate con el fin de construir viviendas, centros comerciales y otros emprendimientos comerciales privados.
Los terrenos están ubicados en cuatro sectores. Uno es el correspondiente al parque Scalabrini Ortiz, que en su segunda fase está comprendido por la avenida de la Costa hasta avenida Alberdi, y desde barrio Refinería hasta la avenida del Valle. El otro es el denominado Patio Parada, que se recuesta sobre la avenida Enzo Bordabehere, entre la avenida Alberdi y el viaducto Avellaneda. El tercero se trata de la playa Sorrento, ubicada entre las avenidas Sabin y Sorrento, y el canal del arroyo Ludueña. Finalmente queda el cuarto, que es el del ramal y la estación Central Córdoba, que desde 27 de Febrero y San Martín se extiende hasta el río.
Es de esperar que la enorme y justificada expectativa surgida con motivo de la firma del convenio que dispone el traspaso de esas tierras ferroviarias no quede desairada con el paso del tiempo. En otras palabras: que las autoridades no dejen de honrar la promesa de que las obras anunciadas serán materializadas para bien del conjunto en el menor tiempo posible.


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