Año CXXXIV
 Nº 48.966
Rosario,
martes  12 de
diciembre de 2000
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Mundial de Golf: A tres golpes de la hazaña
Los cordobeses Eduardo Romero y Angel Cabrera estuvieron muy cerca del primer puesto

Los argentinos Eduardo Romero y Angel Cabrera estuvieron muy cerca de lograr la hazaña de batir a los dos mejores jugadores del mundo, los estadounidenses Tiger Woods y David Duval, y se ubicaron detrás de ellos, en el segundo lugar de la 46ª edición de la Copa del Mundo de golf.
Cabrera y Romero recibieron una interminable ovación de los 25 mil espectadores que poblaron el Buenos Aires Golf Club, al acabar el recorrido tras haber peleado hoyo a hoyo y en condiciones de igualdad con el moreno Woods, leyenda del deporte a los 24 años, y su compañero Duval, el jugador que más brilló en este torneo.
Estados Unidos, que se aferró a la punta en la tercera vuelta y nunca más la abandonó, demostró la superioridad técnica de sus jugadores y repitió el título conquistado el año pasado en los links de Malasia.
Woods y Duval se llevaron, además, un premio de un millón de dólares -los argentinos se repartirán la mitad de esa cifra-, un monto que poco hace a sus abultadas cuentas bancarias, saturadas al sumar tantos triunfos en el millonario circuito de la PGA.
El segundo puesto fue para Argentina, en el mejor resultado de los últimos 30 años en la Copa del Mundo.Los argentinos habían finalizado igual en 1970, con el legendario Roberto De Vicenzo y Vicente Chino Fernández (consejero de Romero y Cabrera en esta Copa), en Singapur.
Argentina sumó 257 impactos en cuatro vueltas, tres más que Estados Unidos, y quedó a un paso de repetir su único título, el que en 1953 el propio De Vicenzo obtuvo junto al fallecido Antonio Cerdá.
Cabrera y Romero confirmaron con este resultado que integran la elite del golf mundial, ya que en esta renovada Copa -devaluada en la década del 80-participaron buena parte de los tops del deporte, aunque hubo ausencias importantes como las de Colin Montgomerie, Ernie Els, Lee Weestwood, o Robert Allenby, por caso.
El torneo significó, además, un progreso para el desarrollo del golf en la Argentina, ya que el fenómeno Woods atrajo a casi 100.000 personas en las cuatro jornadas y seguramente servirá para impulsar la práctica del deporte.
El domingo, en la cuarta y última vuelta, jugada con la modalidad de foursome (golpes alternados entre los golfistas de una misma formación), Woods y Duval sólo se vieron en apuros al final de la primera mitad del recorrido, cuando sumaron su segundo bogey del día.
En ese momento Argentina logró su única águila (dos golpes bajo el par) de la jornada y se puso a apenas un impacto.
Pero de inmediato los estadounidenses aumentaron la presión sobre Romero y Cabrera con un birdie en el undécimo hoyo, mientras que Argentina perdía dos golpes, por dos bogeys consecutivos en los hoyos doce y trece.
El tercer puesto, que parecía que iba a quedar en manos de Nueva Zelanda, fue arrebatado por Paraguay, que firmó el domingo una tarjeta de 67 golpes, cinco bajo el par (un impacto menos que Estados Unidos) de la mano del experimentado Carlos Franco y el joven y elocuente Esteban Isasi, quien se supo ganar el favor del público argentino.
Espero que Paraguay esté contento, porque quedar terceros en una Copa del Mundo es toda una victoria para mi país, comentó Franco, el mejor golfista latinoamericano de la actualidad.
Más allá del carácter competitivo del torneo, la Copa del Mundo se reveló ante todos como un gran espectáculo, ya que el público local, deseoso de ver al mejor golfista del planeta, aplaudió a rabiar cada uno de los certeros putts de Woods, aún a pesar de que acarreaban la derrota argentina.

Sólo por tres golpes
El golfista cordobés Eduardo Romero se mostró por demás satisfecho tras haber alcanzado la segunda ubicación, junto a su comprovinciano Angel Cabrera, en representación de Argentina en la Copa del Mundo, que se desarrolló en el Buenos Aires Golf Club de Bella Vista.
Fueron cuatro jornadas de intenso trajín, pero la máxima tensión se dio el primer día, porque la presión de estar jugando junto a los mejores 24 jugadores del mundo, y en especial representar al país, son condicionantes de peso, admitió Eduardo Romero.
Es normal ese nerviosismo, pero después de la jornada inicial y los primeros golpes, uno se suelta un poco. Por suerte salió todo muy bien, Argentina tuvo muchas chances de ganar y el subcampeonato es una muy buena posición, se conformó el Gato.
Interrogado sobre si eran invencibles los estadounidenses que se quedaron con el título de la mano de la estrella, Tiger Woods, y su acompañante David Duval, sostuvo: Ganaron sólo por tres golpes. Nosotros tuvimos bastante mala suerte, porque estuvimos cerca de vencerlos, reflexionó.


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