Omar Bravo
El presidente del bloque de diputados del oficialismo, Darío Alessandro, llamó a la gestión delarruista a que se dé cuenta de que hay que cambiar, además de asegurar que en el equipo de gobierno de la Alianza puede sufrir modificaciones. En diálogo con La Capital, el dirigente del Frepaso que más acceso tiene al presidente Fernando de la Rúa dijo que hay muchas posibilidades de salir de la crisis, aunque admitió que la administración aliancista no está bien con la gente. -¿Cuál es su balance personal sobre el primer año del gobierno de la Alianza? -Hay que reconocer que nuestro gobierno no está bien con la gente, la sociedad. Hay motivos objetivos que han hecho que la acción de gobierno no haya tenido el éxito que pretendíamos: la situación económico social muy grave con la que se recibió el gobierno, el peso de la deuda externa -cuyo pago de intereses se lleva casi el 25 por ciento del presupuesto- y un contexto internacional que no ha sido muy favorable para la Argentina -que ahora se está revirtiendo- que hace que la marcha del gobierno no haya sido lo que la sociedad esperaba. Esto causa desencanto pero no debe producir desesperación. Pensemos en Alfonsín, que hasta el Plan Austral tuvo más de un año de dificultades económicas serias. Menem, hasta el primer año y medio, cambió tres ministros de Economía hasta que encontró un sendero definido. Hay muchas posibilidades de salir, lo importante es que el gobierno se dé cuenta de que hay que cambiar y esto no debe verse como una política contradictoria: la posibilidad de rectificar políticas es una virtud, no un defecto. -¿Qué aspectos de la política oficial destacaría? -Hay muchos. Haber logrado implantar en el presupuesto nacional el fondo de incentivo docente, mientras Menem lo quiso solucionar con un nuevo impuesto; se sancionó la ley de pymes; la ley de infraestructura; la reforma de la carta orgánica del Banco Nación, que el gobierno anterior quería privatizar. Pero todas estas medidas económicas han tenido un problema para dar sus resultados: en un contexto donde no hay un crecimiento económico es difícil ver si una medida fue exitosa o no. Por eso la prioridad del gobierno debe ser la bandera del crecimiento económico. Pero hay un logro muy importante: Menem dejó el país con un déficit superior a los diez mil millones de pesos, nosotros lo vamos a reducir en el primer año a seis mil quinientos. ¡Es una rebaja de cerca del cuarenta por ciento! Por ahí pasa desapercibido y algunos dicen: El gobierno dijo que iba a bajar el déficit y ahora lo está aumentando, y no es así. Fuera de la economía, la Oficina Anticorrupción es un hecho importante, aunque Menem diga que es una oficina antiperonista. -Un hecho insoslayable del primer año de gobierno es la renuncia de Alvarez. ¿Qué balance hace ahora de ese episodio? -Ha sido un hecho negativo, como así también los hechos que la gestaron. En su momento señalamos que hubo una decisión equivocada del presidente, que apareció como una virtual desautorización a Chacho Alvarez y provocó la posterior renuncia. Eso ha debilitado la acción de gobierno, pero lo importante es que ha reaccionando bien. Todos decían: Esta es la destrucción de la Alianza, pero esto no sucedió, aunque tenemos un nivel de debate interno que no podemos minimizar. Pero en el Congreso hemos seguido sacando las iniciativas que el gobierno mandó, Chacho está trabajando activamente para sacar propuestas que sean soluciones. La gente puede estar muy crítica con el gobierno, pero también nos pide: No rompan la Alianza, ayuden al presidente, hay que sacar la Argentina adelante. -Cavallo dijo que el gobierno falló porque no supo discernir el origen de los problemas que tuvo que enfrentar. ¿Cree que De la Rúa cuenta con el equipo adecuado? -Es difícil hablar de equipos ideales, no existe el dream team. En la marcha de los gobiernos resulta que, a veces, aquellos que subieron con menos pergaminos son los que después salvan las papas en los momentos difíciles. Este es el equipo de gobierno de la Alianza, que puede sufrir modificaciones y se verá sobre la marcha quiénes son los que cumplen y quiénes no. Todo gobierno, cuando comienza o promedia el segundo año, encuentra el equilibrio y a los hombres y las mujeres capaces. -En abril dijo a La Capital que gobernar con un paro cada 15 días es desmoralizante; en junio dijo que el Frepaso no apoyará un nuevo ajuste. ¿En el 2001 cambiarán los temas? -En el año 2000 el gobierno tuvo que llevar adelante muchas cosas previstas y otras no previstas. Tuvimos que hacernos cargo de los dos últimos años de Menem, que fueron de un gran despilfarro, aumento del gasto y del endeudamiento. Ya hicimos las modificaciones estructurales que no han reportado simpatía en la población pero que son necesarias para encarar una etapa que tiene que ser de crecimiento. Ahora tenemos todas las posibilidades de trabajar con una obsesión: el crecimiento y la creación de fuentes de trabajo. Si logramos eso, estoy seguro que vamos a llegar bien a las elecciones de octubre.
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