| | Chacho Alvarez y la venta de las empresas del grupo Yabrán
| Manuel Rocha, actual embajador de Estados Unidos en Bolivia -que en 1997 estaba a cargo de la delegación diplomática en Buenos Aires- y el líder del Frepaso, Carlos Chacho Alvarez, fueron los privilegiados que se enteraron antes que nadie de la venta de las empresas de Alfredo Yabrán al Exxel Grupo, que se concretó a través de la supersecreta Operación Y, bautizada así por la primera letra del apellido del entonces empresario postal. La revelación esta contenida en el libro El cazador, una investigación periodística sobre Juan Navarro y el Grupo Exxel, de los periodistas Silvia Naishtat y Pablo Maas. La Operación Y se tejió con hermetismo y sólo un team de confianza de Navarro participó de las negociaciones, revelan los autores, periodistas especializados en economía. Uno de los integrantes del team era Rosendo Fraga, quien elaboró la estrategia hacia los medios para anunciar la compra de Edcadassa, Oca y Ocasa. El 18 de diciembre de 1997, en lo que constituyó una verdadera conmoción para la opinión pública, la clase política y el mundo empresario, Navarro dio a conocer la compra de las empresas de Yabrán por 605 millones de dólares que aportó un fondo de inversiones con domicilio legal en las islas Caimán. Los inversionistas extranjeros que pusieron el dinero fueron avisados un día antes y no para pedirle permiso, aclaró uno de los integrantes del team del Exxel, Manuel Ortíz. También el 17 de diciembre fue informado el encargado de negocios de Estados Unidos Manuel Rocha -a cargo de la embajada desde la partida de James Cheek- y el diplomático norteamericano a su vez llamó a Alvarez, para transmitirle la noticia. Ellos dos fueron los únicos privilegiados, al margen de los inversores del exterior que enviaban el dinero. El 18 de diciembre, Navarro se trasladó hasta la Casa del Frente Grande, Callao 150, para informar personalmente a Chacho sobre la operación. El empresario llegó acompañado del ex embajador Terence Todman (por entonces directivo del Exxel) y Jorge Vives. Espero no verte en el Arapacis, fue la ironía a la que recurrió Alvarez al despedirlo con un apretón de manos. Fiel a su estilo, Chacho no podía dejar de pasar por alto el nombre de ese hotel que Yabrán poseía en Pinamar.
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