España se vistió ayer de fiesta al ganar su primera Copa Davis de tenis después de 79 años de participación, esta vez de la mano del joven tenista Juan Carlos Ferrero.
Ferrero, de 20 años, venció ayer al australiano Lleyton Hewitt 6/2, 7/6 (5), 4/6, 6/4 en el cuarto partido de los cinco que componen la serie y dio a España una ventaja indescontable de 3-1.
La victoria ante 14.000 espectadores, entre ellos el rey español Juan Carlos y la reina Sofía, convirtió el estadio en una fiesta.
Ferrero, invicto en su primer año en la Davis, cometió pocos errores en la superficie de polvo de ladrillo para imponerse a su tenaz rival, un año menor.
La victoria española tuvo carácter especial ya que se logró sobre Australia, campeón el año pasado y 27 veces ganador del máximo trofeo del tenis por países.
España ganó en la tercera vez que llega a la final, después de haber perdido las otras dos ante Australia en los años 60 en canchas de césped. El tradicional trofeo de plata de 101 años pasa ahora al país de mejor tenis que nunca se la había llevado.
Es la tercera vez que nuestros países se enfrentan en una final y esta vez tuvimos que venir al vuestro para defender la copa, dijo el entrenador australiano John Newcombe. Hicimos lo mejor posible pero al final ustedes fueron demasiado buenos.
El capitán del equipo español Javier Duarte, que es el entrenador personal de Corretja, reconoció los prolongados esfuerzos de mucha gente para promover el tenis nacional, incluyendo el aporte de Manuel Santana, a quien despidieron hace un año como capitán.
Santana no asistió a la final ya que está disputando un torneo en Florida.
Si el entrenador hubiesen sido Santana, (Manuel) Orantes, (José Luis) Arilla o (Juan) Gisbert también habríamos ganado, dijo Duarte.
En el cuarto set de un encuentro de casi cuatro horas, Ferrero finalmente colocó el remate ganador con un revés que superó a su rival y pegó justo sobre la línea.
El sábado, Corretja y Balcells vencieron a Sandon Stolle y Mark Woodforde 6/4, 6/4 y 6/4 para dar a España ventaja de 2-1.
El viernes, Hewitt había vencido a Albert Costa 3/6, 6/1, 2/6, 6/4 y 6/4, y Ferrero a Patrick Rafter 6/7 (4), 7/6 (2) 6/2, 3/1 y retiro del australiano con calambres en el cuerpo.
El encuentro final entre Costa y Rafter se tornó irrelevante y no se disputó.
Después de la victoria de Ferrero, sus compañeros se le echaron encima en una efusiva felicitación. Luego Corretja lo elevó en sus hombros y dio una vuelta a la cancha para detenerse frente a la pareja real.
Juan Carlos y Sofía se acercaron a Ferrero para estrecharle la mano mientras la multitud en el estadio Palau Sant Jordi gritaba ¡Campeones, campeones! y cantaba Que viva España.
Ferrero sólo había jugado una vez con Hewitt, quien le ganó este año 6/4, 6/2 en Arizona, en cemento.
El español, que tiene una de las devoluciones más firmes, quebró el saque de su rival en los cuatro primeros games para establecer una temprana superioridad y con sus remates esquinados tuvo corriendo a su rival. Ferrero ganó cómodamente el primer set y a su término hizo la V de la victoria.
El segundo set de 76 minutos fue otra historia, ya que Ferrero tuvo que esforzarse al máximo para ganar en desempate.
Hewitt resistió en el tercer set y poco a poco fue sacando ventajas hasta imponerse 6-4. El estadio enmudeció.
Pero Ferrero volvió por sus fueros, repitió los remates certeros del comienzo y finalmente se impuso para dar lugar a la alegría desbordante de la fiesta española.
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La Ciudad
