El Café de los Angelitos, construido hace 110 años en Rivadavia y Rincón, y que quedó inmortalizado en un tango de Cátulo Castillo, fue demolido ayer por orden del gobierno de la ciudad de Buenos Aires, que consideró que el estado edilicio del bar no tenía valor histórico tras su cierre y posterior deterioro. Este clásico café porteño había sido inaugurado en 1890 bajo el nombre de Rivadavia por el italiano Batista Fazio, que en 1919 se lo vendió al gallego Angel Miguel Salgueiro. Desde ese momento se llamó El Café de los Angelitos, por sugerencia de un jefe policial que lidiaba constantemente con los angelitos de la noche porteña que allí se reunían. Fue bar de payadores, entre ellos los célebres José Betinotti, Gabino Ezeiza e Higinio Cazón. También era conocido porque eran habitués los socialistas Alfredo Palacios y Juan B. Justo, que trabajaban en la vecina Casa del Pueblo. Y el bar supo cobijar las noches de Carlos Gardel y José Razzano, además de todos los miembros de la bohemia tanguera que vio esfumarse una época en Rivadavia y Rincón, vieja esquina de la amistad que regresa..., como escribió Cátulo Castillo, fallecido en 1975 y autor de la monumental La última curda.
| La esquina de Rivadavia y Rincón perdió su brillo. | | Ampliar Foto | | |
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