Oscar Lehrer
El pasado 3 de noviembre se cumplieron 50 años de que la Argentina se clasificó campeón mundial de básquetbol al derrotar en una recordada final disputada en el Luna Park a los Estados Unidos por 64 a 50. Las bodas de oro de esta hazaña encontró reunidos, como viene ocurriendo desde hace 49 años a los sobrevivientes de ese grupo (Hugo Del Vechio, Leopoldo Contarbio, Vito Liva, Raúl Pérez Varela, Osvaldo Venturi, Roberto Viau ya no están) quienes forjaron una amistad que se mantuvo a través del tiempo y recordaron ese acontecimiento que los marcó a fuego. Esta vez, la celebración los convocó en esta ciudad. Y fue el Gallego Alberto Lozano el que los trajo a todos, incluso a los familiares directos de los fallecidos. Fue una noche memorable ya que también llegaron a Rosario para participar de este acontecimiento periodistas que tuvieron la suerte de ser partes de esa epopeya, como Washington Rivera (hoy jefe de prensa de AFA), Eduardo Alperín (jefe deportivo de ESPN), Edgardo Gilabert (destacado relator), Mario Kotlar, José López (director de la revista Rebote), Manuel Acevedo (ex redactor de La Capital) y Vicente Brex (periodista y técnico). Jorge Canavesi, quien compartió mesa con el profesor Jorge Boreau, preparador fisíco de ese equipo, Francisco Del Río, quien colaboró en la parte técnica y Ovacion, observaba atentamente a los chicos tal como los denomina cariñosamente y señalaba que: Es como si el tiempo no hubiese pasado. Han pasado 50 años y todavía se recuerda con orgullo y admiración los realizado por esos leones que pusieron bien en alto el nombre de Argentina en el básquetbol mundial. Y como era una noche de recuerdos, cuando llegó el momento de hablar de retornar en el tiempo el mismo Canavesi dijo: El equipo ratificó lo hecho en el Luna Park dos años después en los Juegos Olímpicos de Helsinki (1952), donde llegó a semifinales y terminó en el cuarto lugar. En 1953, confirmando el alto nivel de ese entonces, Argentina fue campeón Universitario en Dortmund, Alemania, con los mundialistas Furlong, Roberto Viau, Bustos y Poletti. Pero la política vengativa de la llamada Revolución Libertadora se ensañó no solamente con los campeones mundiales, por revancha contra el peronismo, sino también con deportistas de otras ramas. Corría el año 1956, y se nos declaró profesionales y el básquet del país sufrió un mazazo terrible. Estos chicos oficialmente no pudieron jugar nunca más. Fue como un fusilamiento en masa. La intervención del doctor Amador Barros Hurtado en la Confederación Argentina de Básquetbol, además de inventar un pretexto, no midió consecuencias. Las generaciones inmmediatas no tuvieron espejos para imitar. Y fue el Negro Ricardo González quien, corroborando lo dicho por Canavesi agregó: Por iniciativa del general Perón nos dieron como regalo por el título mundial una orden a cada uno para importar un automovil. Pero ojo, había que pagar el valor del auto. Pero como teníamos los bolsillos flacos -igual que ahora- casi todos vendimos la orden a un importador con oficinas en el centro de Buenos aires. Nos quedó un buen dinero (25 o 30 mil dólares de ahora), pero no era para hacerse rico. Por ese regalo nos declararon profesionales, por estar al margen del código del aficionado, y nos sacaron de circulación. Pero lo curioso del caso es que quienes nos inhabilitaron fueron los mismos dirigentes que habían estado con nosotros durante el peronismo y después siguieron estando. Este pasado no puede borrarse, pero Oscar Furlong puso la cuota de alegría y regresó a ese 3 de noviembre de cincuenta años atrás, recordando lo que en aquella oportunidad escribió el destacado periodista Carlos Fontanarrosa en El Gráfico:Fue el abrazo del pueblo con el básquet. Esa noche de las antorchas a lo largo de toda la avenida Corrientes, no se nos borrará jamás. El festejo fue una cena en El Tropezón, un clásico y concurrido restaurante de entonces ubicado en la avenida Callao al 200. Despues fuimos a bailar a una boite de San Martín y Lavalle y allí nos encontramos con una gloria del boxeo argentino que se arrimó a felicitarnos, Luis Angel Firpo. Entre anécdotas y recuerdos se fue cerrando la noche en la Sociedad Libanesa. Pedro Bustos, Oscar Furlong, Ricardo González, Alberto López, Alberto Lozano, Rubén Menini, Omar Monza, Jorge Nuré, Ignacio Poletti, Juan Crlos Uder, Jorge Canavesi, Jorge Boreau. Salud, campeones.
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