Tras dos años de prohibición, los minimarkets de las estaciones de servicios podrán volver a vender bebidas alcohólicas. La Corte Suprema de Justicia de la provincia dio lugar a una medida cautelar de no innovar presentada por más de 20 negocios del rubro, mientras sigue su curso el tema de fondo, es decir, el pedido de nulidad de la ordenanza que prohíbe el expendio de estos productos. Una medida que promete un fuerte debate, tanto con las autoridades municipales como con el propio Concejo, donde la prohibición de vender alcohol había sido aprobada por unanimidad. Las organizaciones no gubernamentales que nuclean a familiares de víctimas del tránsito también reaccionaron, y dijeron que esto es un facilitador para el consumo y potencia la peligrosidad de los conductores.
El secretario de Gobierno municipal, Antonio Bonfatti, no pudo precisar cuál será la estrategia judicial del Ejecutivo contra este fallo, pero consideró que no se puede ignorar que el alcohol desinhibe e incide en los accidentes y opinó que la decisión del máximo tribunal es perjudicial para toda la sociedad. No obstante, se mostró respetuoso de la Justicia.
En el Ejecutivo la noticia cayó como un balde de agua fría. Sobre todo luego de las intensas campañas de tránsito que se vienen implementando en la ciudad y más precisamente en la zona de las confiterías bailables.
Esta resolución nos perjudica, apuntó Bonfatti, y agregó: Desde que está el radar en la calle, la velocidad promedio de los automovilistas se bajó un 17 por ciento, y con la aplicación del alchotest a los conductores, sobre todo en el horario nocturno, las víctimas fatales en accidentes de tránsito se redujeron un 50 por ciento.
El resto podría sumarse
El máximo tribunal ordenó esta medida en un fallo en disidencia, que tuvo en contra el voto de Roberto Falistocco. Si bien se trata de un fallo que alcanza a una veintena de estaciones de servicios, se especula con que el resto podría sumarse al planteo judicial.
Al menos así lo especuló el abogado Mario Strubbia (del estudio que patrocinó a los locales comerciales), quien dijo que sería una locura que ahora la Municipalidad se largue a tomar medidas contra las otras estaciones de servicios, porque podría significarle una catarata de juicios.
El pedido de no innovar se había formulado el 7 de octubre de 1998, luego de que el Concejo sancionara una ordenanza (proyecto del entonces presidente de la Comisión de Salud, Sansom Meyer Krupic) para que se prohibiera a los minimarkets vender alcohol.
En aquel momento, se inició un recurso contencioso administrativo de nulidad de esa norma, que fuera aprobada por unanimidad. Juntamente con la demanda, ya en etapa de prueba, se pidió una medida para que la Municipalidad se abstuviera de multar o clausurar a las estaciones de servicios que expendieran alcohol, recordó Strubbia, para asegurar que a partir de allí, las estaciones sufrieron una competencia desleal monstruosa, porque vendían alcohol enfrente y a los costados.
Estaciones versus el resto
A juicio del abogado patrocinante, la norma es absurda, por cuanto mientras prohíben a las estaciones de servicios vender alcohol, lo venden -por dar un ejemplo- en el supermercado de una importante cadena de cines que tiene un estacionamiento para 1.700 automóviles, y donde te podés llevar todo el alcohol que quieras, o ir a los restaurantes. La gran confusión que tuvieron los ediles es haber pensado que quien salía de una estación de servicios lo haría alcoholizado por el solo hecho de comprar una bebida en ese lugar, reflexionó.
Otro efecto importante de esta medida sería que afianza la idea de que la facultad de regular el comercio es de la provincia, y no del municipio. Por eso, la corte habla de incompetencia de la función municipal, dijo Strubbia, convencido de que la norma del Concejo generó una odiosa discriminación. Es como si el vino fuera malo en las estaciones de servicios y no en supermercados o los restaurantes. Y ahora salen con que aumentó la cantidad de conductores alcoholizados. ¿Cómo, no era que el problema estaba en las estaciones?, chicaneó.
En la vereda de enfrente, la titular de la comisión de Salud del Concejo Municipal, Cristina Rímoli, calificó al fallo judicial como un retroceso que no ayuda en nada, porque acentúa la incompatibilidad de beber alcohol y estar frente al volante, sobre todo si se pone el whisky, la cerveza o el vino al alcance de la gente.
Lo cierto es que con la medida de no innovar, la corte le ordena a la Municipalidad de Rosario que mientras se tramita el juicio se abstenga de sancionar, ya sea con multa o con la clausura, a los minimarkets. La medida podría hacerse efectiva el próximo martes, cuando los negocios presenten su fianza con contracautela.