Año CXXXIV
 Nº 48.963
Rosario,
sábado  09 de
diciembre de 2000
Min 21º
Máx 33º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com





Panorama
El caballo detrás del carro
El gobierno decidió asignar partidas para promocionar las carnes después de la crisis de la vaca loca en Europa

Susana Merlo

La reciente decisión del gobierno de asignar una partida de 300.000 dólares para promocionar las carnes vacunas argentinas en el exterior, constituye un nuevo ejemplo de cómo, siempre el país corre detrás de los hechos, sin previsión, sin estrategia y, cómo ocurre generalmente cuando las cosas se hacen así, con una mala asignación de los ya escasos recursos oficiales (o, al menos, poco efectiva).
¿Cuánto se puede hacer con ese monto en esta materia en Europa?. Los que saben algo de esto sostienen que apenas alcanza para elaborar un aviso bueno, pero no para que salga publicado en algún medio (y en esto son varios los países que se deberían atender como Alemania, Francia, Holanda o España, por mencionar los básicos).
También alcanzaría para que viajen -y hablen- algunos funcionarios, que no es ni más ni menos que lo que ya están haciendo, aunque en este caso tendrían que referirse al tema concreto y no a otras cuestiones. Otra alternativa puede ser alguna degustación, lo que tampoco alcanzaría el objetivo buscado que es fortalecer la posición de la carne argentina como libre del mal de la vaca loca.
¿Existe, además, el plan estratégico para esto? Si está no se conoce, y lo más probable es que no exista.
Seguramente alguno sostendrá que esto es mejor que nada. Sin embargo, es un consuelo muy magro. El país sigue gastando mal y eso no es gratis, porque luego vuelve en forma de costo fiscal, desempleo, baja de salarios, recorte de programas, presupuestos, etcétera, que afectan a toda la sociedad.

Proyectos de vieja data
De la misma forma, ahora y ante los hechos internacionales, se vuelve a la carga con la sanción de los proyectos de ley para promoción de productos en el exterior, pero pocos parecen recordar que en el caso de la carne, estos tienen ya 4 años, meses y meses de discusiones, y que una de las principales causas de que aún no se cuente con ese instrumento es gracias a los propios dirigentes, especialmente del campo, que sistemáticamente frenaron su avance ya que para ellos parecía constituir más una bolsa de fondos para sus propias entidades, que para el objetivo que se perseguía y que solo algunos lograban ver.
No era tampoco demasiado complicado darse cuenta. No es ni más ni menos que lo que está ocurriendo hoy con la única diferencia que, ante la situación actual, el propio sector de la carne, que involucra a productores, frigoríficos, cadena de distribución, etcétera, contaría con 40 o 50 millones de dólares. Y, con un 10 a 15 por ciento de esa cifra sí ya se podría pensar en alguna campaña -modesta- de difusión o de concientización de los consumidores europeos.
Pero el caso de la carne vacuna es solo una ejemplo, ahora mediático, de lo que está ocurriendo en casi todos los restantes aspectos. No hay plan, ni público ni privado. No existen, por lo tanto, las estrategias. Tampoco hay profesionalismo y, en el mejor de los casos, algunos suponen que con el voluntarismo alcanza y no es así.
Los productos alimentarios argentinos pierden en la mayoría de las negociaciones, pierden en los mercados externos, pierden también en el frente interno, y con propuestas improvisadas, de último momento, porque hay que hacer algo, o porque son negocio para alguien (total, paga el Estado), el esquema no se va a revertir.
De esta forma se fueron perdiendo muchas producciones y otras están casi colapsadas, como la ovina, la porcina, la pesca marítima y hasta casi se podría incluir al girasol, que año tras año pierde participación ante la soja u otros cultivos.
¿No habrá llegado la hora de comenzar a trabajar un poco en serio?


Diario La Capital todos los derechos reservados