Irrumpen en el Episcopado y le disparan a un policía

Tres asaltantes encañonaron a un obispo cuando buscaban dinero. Huyeron con 100 pesos tras herir al uniformado

Buenos Aires.- Tres hombres asaltaron ayer el Episcopado argentino, en el barrio porteño de Retiro, balearon de gravedad a un policía, amenazaron a un obispo y escaparon del lugar con sólo cien pesos robados al religioso.
Todo comenzó a las 10.30 cuando un hombre joven tocó el timbre en el acceso del edificio de Suipacha 1034 y explicó que debía dejar una correspondencia. El suboficial auxiliar Raúl Ortiz, custodio del lugar, habilitó el ingreso al joven, detrás del cual aparecieron otros dos hombres y todos se dirigieron a la recepción. Parece que pensó que también venían a algún trámite, explicó el vocero del Episcopado Tito Garabal.
Fuera de la vista del policía -que vestía de civil- los hombres sacaron sus armas, amenazaron a un empleado y le exigieron que les mostrara el camino hacia la administración, donde se toparon con el obispo auxiliar de Buenos Aires, monseñor Guillermo Rodríguez Melgarejo.
Con el religioso encañonado, dos de los ladrones fueron en busca de la administración y el tercero se quedó en la planta baja con el empleado como rehén.
Fue entonces cuando el policía federal que estaba en vigilancia se asomó a la recepción y vio que ninguno de los tres hombres que había dejado pasar estaba en el lugar. Al ingresar al recinto, se topó con el ladrón y el empleado amenazado. Parece que el policía sacó el arma, se le cayó el cargador y el ladrón le tiró, hasta se llevó el arma de Ortiz, contó Garabal.
Mientras esto sucedía, en el primer piso los otros dos ladrones amenazaban al obispo en la administración. Tirate a piso, dijo uno de los asaltantes al religioso. ¿Para qué querés que me tire al piso? -contrarrestó el obispo auxiliar- Yo no me voy a tirar al piso.
Entonces te voy a matar, amenazó el ladrón. Bueno, es el camino de Dios, le contestó el obispo. En ese momento se escucharon dos disparos en la planta baja y los delincuentes descendieron. Los tres ladrones salieron corriendo del Episcopado y lograron escapar.