Con un miniarsenal de armas de guerra, unos cinco jóvenes asaltaron ayer en cuestión de minutos y en plena tarde un autoservicio mayorista de la zona sur que estaba repleto de clientes. Los asaltantes les exigieron que se tiraran al piso y la orden fue obedecida al pie de la letra por los consumidores, repartidores y empleados, que quedaron atónitos al observar el poderoso armamento de los maleantes. Rápidamente se llevaron unos mil pesos en efectivo, sin efectuar disparos ni agresiones.
La operación no duró más que tres o cuatro minutos. El grupo armado irrumpió alrededor de las 14 al autoservicio mayorista Di Gras, de Uriburu 1246, según señaló el propietario del local. Los jóvenes ladrones llegaron caminando y obligaron a entrar al súper al custodio y los repartidores que se encontraban en la vereda.
No les faltaban medios para intimidar: estaban armados con una ametralladora, una escopeta a repetición y una pistola automática. Uno de ellos llevaba la metralleta dentro de un voluminoso bolso violeta, y los otros cargaban el resto de las armas envueltas en una camisa.
Vaciaron las cajas
En ese momento había unos diez clientes y gran movimiento de personas en el supermercado. Los asaltantes las obligaron a tirarse al piso, mientras apuntaban a uno de los cajeros. Sólo buscaban dinero: vaciaron las cajas y después se dirigieron a la oficina de la administración donde se apoderaron de más efectivo. Sin agredir a nadie se fueron, algunos de ellos en una moto de baja cilindrada. En total se llevaron unos mil pesos.
No estaban muy sacados, aunque tampoco eran profesionales. Pero estaban muy nerviosos y armados hasta los dientes. Si no obedecíamos podían reaccionar mal, señaló el propietario del local, quien prefirió mantener su nombre en reserva. El comerciante no podía creer que los asaltantes caminaran tranquilamente por la calle con un armamento de esa magnitud. ¿Cómo pueden andar cinco personas, que un policía se da cuenta a la legua que son raras, con una ametralladora por la calle? Así como se meten acá se pueden meter en una casa de familia, reaccionó.
El comerciante expresó que ya no acude a la policía porque, según sus dichos, la investigación de los asaltos nunca prospera. Si vas a cualquier comercio de la zona te van a contar que ya sufrieron dos o tres robos y que muchas veces no hacen la denuncia porque en la comisaría no te la quieren tomar. No es verdad que hayan menos delitos, es que la gente ya no los denuncia, confesó.