Año CXXXIV
 Nº 48.962
Rosario,
viernes  08 de
diciembre de 2000
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cartas
Otra vez la salud reproductiva

El pasado 27 de noviembre leí la carta de Alba Nora Canepa, en la que resucita en su apreciación una concepción tan pasada de moda, que no puedo creer que aún alguien esgrima tal argumento para poner manifiesto que está a favor de limitar la vida sobre este planeta. Dice que el clero posee mecanismos capaces de movilizar o calmar las masas. A esta altura de la civilización occidental, apartada cada vez más de la moral natural, como no sean las masas de confitería, no veo qué poder pueda ejercer el clero sobre las masas. El tema es la mal llamada salud reproductiva, porque gestación y nacimiento de seres humanos no es una enfermedad, es un privilegio natural que convierte al hombre y a la mujer en co-creadores. Resulta absurdo que en un país cargado de espacios vacíos y abandonados, pero tremendamente fecundo, que además ha sido llamado granero del mundo, estemos los argentinos debatiendo la disminución de los comensales, en lugar del aumento de la comida. Es preciso delatar el corazón para que sean muchos más los que puedan disfrutar del banquete de la vida. Los que tengan problemas personales y no quieran tener más invitados, que los resuelvan a su manera, pero que no conduzcan a una sociedad empobrecida material y culturalmente a ser víctima del facilismo y los intereses de los laboratorios internacionales.
Nereida Brumat Decker


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