Año CXXXIV
 Nº 48.962
Rosario,
viernes  08 de
diciembre de 2000
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Una visión de la noticia
Mujeres contra la exclusión, la nueva fuerza

Carlos Comi (*)

La lucha contra la exclusión social en la Argentina del 2000 presenta a diario diferentes postales. Estas reflejan novedosas metodologías de acción como los cortes de ruta, poderosas organizaciones de la comunidad que agrupan a desocupados, pobres, excluidos, ex gremialistas hoy volcados a las luchas vecinales o profesionales que corridos por la pobreza viven y padecen en zonas periféricas, ambientalistas.
Pero existe un común denominador en cada una de las problemáticas. Así sean urbanas o rurales, o tengan como protagonistas a los sectores medios empobrecidos o marginados, el rol protagónico y en muchos casos en condición de total liderazgo es llevado adelanto por mujeres.
Quien recorra los conflictos barriales de nuestra ciudad o siga a través de la televisión los sacudones sociales de la Argentina profunda las verá en el rol principal de lucha contra la exclusión.
Mujeres son las que empezaron a parar los remates en el campo y hoy un reguero de organizaciones sociales las imitan en todo el país, mujeres son las que luchan contra los cortes de agua, el fuego cruzado de intimaciones judiciales, la inseguridad ciudadana, la decadencia de la escuela pública, los basurales-castigo para las barriadas pobres o las que gritan justicia para las víctimas del gatillo fácil. Mujeres son las que junto a sus hijos vigorizan los cortes de ruta y reclaman trabajo y dignidad.
Y en esta sociedad carente de ejemplos y con una clase dirigente en crisis a ellas le sobran. Mujeres fueron las que empezaron a dar vueltas alrededor de una plaza reclamando detener el terrorismo de Estado en pleno 1977 y hoy a pesar que les han quitado lo más sagrado, reclaman justicia y castigo a los culpables, y luchan por encontrar a sus nietos robados de los campos de cautiverio, por los asesinos de sus hijos.
Y justo es decir que cuando muchos bajan los brazos, ellas tienen un plus de combatividad. ¿Porqué son más fuertes que los hombres? Me animo a ensayar una explicación. El hombre como jefe de hogar y víctima principal de la desocupación se siente responsable de no poder rescatar a su familia del precipicio de la exclusión y muchas veces se queda inmóvil, como anestesiado, esperando lo peor.
Así creció un ejército de luchadoras a lo largo y a lo ancho del país que no aceptan la sentencia de muerte neoliberal y pelean por un futuro que merezca ser vivido. Otra Argentina es posible. Mujeres marquen el camino.
(*) Oficina de Defensa del Consumidor.


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