Bogotá. - Hombres armados secuestraron a un ex ministro y estrecho amigo del presidente de Colombia, Andrés Pastrana, que renunció al gabinete en medio de un escándalo de corrupción, informó el martes la policía. Luis Fernando Araujo, de 44 años, fue interceptado por cuatro pistoleros pasada la medianoche del lunes cuando se aprestaba a ingresar a su apartamento, en la caribeña ciudad de Cartagena, y obligado a abordar un vehículo todoterreno.
El director de la unidad élite antisecuestro de la policía, general Leonardo Gallego, dijo que ningún grupo reivindicó de inmediato el plagio del ex ministro de Desarrollo y que no había mayor información sobre el caso. El plagio se produjo una semana después que fueran secuestrados el gerente en Colombia de la empresa automotriz sudcoreana Hyundai y la hija del presidente de la principal asociación de industriales del país.
Un empresario rescatado
Ayer, horas después del secuestro de Araujo, la policía rescató sano y salvo al gerente de Hyundai, Lázaro Montes, en una zona rural de la población de Fusagasuga, 50 kilómetros al sudoeste de Bogotá. La policía dijo que el empresario estaba en poder de rebeldes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), el principal grupo rebelde del país, que huyeron dejando abandonado al rehén al notar la presencia de las autoridades.\Araujo renunció en 1999 al gabinete de Pastrana en medio de un escándalo por la compra de terrenos del gobierno en Cartagena por un precio menor al real y la posterior construcción de un lujoso condominio turístico. El caso aún es investigado por la Procuraduría General de Colombia.\Pese a que la lucha contra la corrupción fue una de las principales banderas de la campaña de Pastrana, quien asumió en agosto de 1998, cuatro de sus ministros y dos de sus más cercanos colaboradores han resultado implicados en escándalos de corrupción en los últimos dos años.\Colombia, con 40 millones de habitantes, es considerada la capital mundial del secuestro, con una media de 3.000 plagios al año, la mayoría atribuidos a la guerrilla izquierdista para financiar en parte su levantamiento de más de tres décadas contra el Estado. Grupos de delincuentes comunes y de paramilitares de ultraderecha también son acusados de una considerable cantidad de secuestros en este país, sacudido por un violento conflicto interno.