Miguel Pisano
Este es otro equipo. Si el otro día jugamos solamente con dos jugadores de los subcampeones del 99: Gerbaudo y Maceratesi, sorprendió ayer el director técnico de Rosario Central, Edgardo Bauza, a los cronistas que siguen los entrenamientos, luego de la primera práctica de la semana, en el soleado mediodía de la ciudad deportiva de Granadero Baigorria. ¿Cómo, y Ezequiel?, le preguntó un cronista. Ah, sí, tenés razón, me olvidaba del Equi, aceptó el Patón con su mejor sonrisa, antes de subirse al auto del amigo que lo esperaba para volver al vestuario. El diálogo fue el epílogo de las explicaciones que dio ayer el Patón a la prensa sobre su picardía de esconder la formación del equipo titular durante la semana, confirmar el viernes el mismo que le había ganado a Gimnasia y hasta pegar el domingo la planilla, pero hacer salir a jugar a Ezequiel González en lugar de Diego Erroz. Esto se debe a la planilla oficial, que la mandaron también con trampa, entonces una jugadita la hacemos todos, argumentó Bauza con la planilla en la mano. -¿Por qué con trampa, Patón? -Porque (la planilla) llegó sin dos firmas, para que vuelva al vestuario para ver la formación. Hicieron un juego, de última todos saben que no pasa nada... -Sí, pero en el trabajo nos perjudica. -Porque a nosotros eso de la planilla nos benefició, yo no tengo la culpa. Central de eso sacó ventaja, en los primeros 45 minutos sacó ventaja porque a Newell's le costó mucho marcar en el medio. No pudimos hacer el gol, pero si lo hacíamos y ganábamos el partido hoy estaríamos todos contentos. -¿Ribolzi no se imaginaba que iba a jugar Ezequiel? -No, ése equipo no. -Lo cuestionable no es la sorpresa sino que nos usaste. -No, perdoname, yo no te usé. Vos todos los días me estás preguntando la formación, si vos no me preguntás yo no te la voy a dar. -Claro, pero vos nos diste una formación que no era la real. -Pero yo no te usé. Vos me pediste una formación y yo te la di, precisamente porque queríamos ocultar esto. -Pero para ocultar, una cosa es callar y otra mentir. -¿Y qué querés que te diga, que no, que no, que no? Me rompen los h... todos los días. Que cuál va a ser el equipo. ¿Querían el equipo? Bueno, se los di. -Pero justificás la mentira. -No, yo no justifico nada, simplemente fue una estrategia para que el plantel y el cuerpo técnico de Newell's no supiesen cómo íbamos a jugar. -¿Lo volverías a hacer? -Si pienso que es necesario, sí. -El fin no justifica los medios. -No, pero yo los escuché a muchos de ustedes e intuían que este no iba a ser el equipo. -El fin está bien, pero el medio parece discutible. -Obviamente. ¿Pero quién tiene la verdad en esto? -Es todo opinable. -¡Entonces! -Muchos creíamos que Erroz y Ezequiel iban a jugar, es decir que no iba a ser ese el cambio. -Por eso te digo que logramos sacar una ventaja, que duró 45 minutos, pero podríamos haber desnivelado. -¿Por qué duró 45 minutos? -Porque en el segundo tiempo Newell's lo arregló. Le hicieron hombre a los cuatro del medio y se terminó el fútbol, se terminó el partido. Nosotros porque no supimos resolver esa presión, y ellos porque decidieron apostar a eso. -En los últimos 25 minutos pareció que ambos sacaron el pie del acelerador. ¿Por qué? -Porque tienen miedo, porque no quieren perder. Y los culpables somos todos, ustedes, el público, todos. Un mes antes empiezan a decir que hay que defender los 20 años, empiezan a romper con eso. -Pero en Boca y River también pasa eso. -No, disculpame, en Boca están Córdoba, Serna, Palermo, Guillermo, Delgado. Acá están Tombolini, Díaz, De Bruno, y la presión no la absorben de la misma manera. -¿Y de eso tenemos la culpa nosotros? -Todos. Yo voy a que ustedes lo quieren comparar con los otros clásicos y eso es imposible por la categoría. Estos son jugadores que caminan todos los días por la calle y la gente les empieza a decir que este es un partido de vida o muerte, que el que pierde no sirve para nada, que hace 20 años que no ganamos ahí, los otros que los deben defender, 4 a 0 y se fueron. ¿Entonces qué pasa? El jugador es normal, es de carne y hueso, sale a ganar, pero si a los 20 minutos no puede hacerlo no arriesga porque si pierde después no sirve para nada. Es normal que eso suceda. Si nosotros pudiésemos tenerlos a Lussenhoff, a Carbonari, a Cardetti, al Kily González, y del otro lado a Berizzo, a Samuel, tendríamos unos clásicos diferentes. -¿O sea que los culpables son los protagonistas por la falta de jerarquía? -Lo que digo es que la responsabilidad de ustedes es analizarlo desde el punto de vista del espectáculo, con lo que significa ganar o perder este partido. -Pero para Rosario este partido es Boca y River. -Pero entre Palermo y otro jugador la diferencia es muy grande. -Además vos sabés que la presión es mayor porque la ciudad es menor. -Seguro, pero esto ya es el extremo: es vida o muerte. Entonces hasta que no haya adentro jugadores como Saldaña, con 50 clásicos encima, con 30 y pico de años, que jugó los 90 minutos con la misma tranquilidad... -¿Entonces van a ser así todos los clásicos? -Yo no tengo problema. Vos fijate que los clásicos de verano son mejores. A mí me gustaría jugar el clásico todos los domingos. -¿Cuando vos jugabas no había tanta presión? -Había presión, pero no tan desmedida como ahora. Convengamos que eran otras épocas y en todos los clásicos había cinco o seis jugadores como Saldaña, que te ayudaban y mucho. Y tampoco creo que hubiera tantos medios de comunicación como ahora, que también influyen.
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