Falsos pastores metodistas de Chile podrían haber ingresado en la década del 70 a la Patagonia argentina presuntamente enviados por la dictadura de Augusto Pinochet para detectar a los ciudadanos chilenos que se refugiaron en la zona patagónica y que hoy figuran como desaparecidos. Con esa premisa, enviados de la Iglesia Metodista de Chile comenzaron a investigar en el sur argentino la suerte corrida por ciudadanos chilenos que escaparon del régimen pinochetista y tras ser detenidos murieron en circunstancias que nunca fueron esclarecidas.
Juan José Soto Vargas, el abogado que lidera la investigación, explicó que la principal sospecha recae en la actitud que entonces tuvo la Iglesia Metodista Pentecostal de Chile cuando hombres de la dictadura militar chilena se infiltraron como obispos y pastores para perseguir a sus conciudadanos. Se hicieron pasar por pastores pero tenían las manos manchadas de sangre, afirmó Soto Vargas en Bariloche al aludir a esos falsos hombres de la iglesia.
El abogado fue nombrado para realizar esa tarea por el obispo de la Iglesia Metodista de Chile, Neftalí Aravena Bravo, y sus investigaciones serán volcadas en un documento con el que pretenden acusar a Pinochet de haber infiltrado hombres de su confianza en la comunidad religiosa para luego ingresar a la Patagonia argentina.
Religión y dinero
Según esta acusación, en la década del 70 llegaron desde Chile esos falsos religiosos que levantaron templos en distintas localidades del sur del país, donde los metodistas tienen unos 10 mil seguidores. De acuerdo a la investigación de Soto Vargas, esos pastores truchos tenían entre sus objetivos detectar a los ciudadanos que habían salido de Chile para facilitar con esos datos su captura. Muchos de ellos habría sido luego desaparecidos.
En la Patagonia, la filial de la Iglesia Metodista Pentecostal de Chile es la denominada Iglesia Metodista Argentina, con sede central en Bariloche, que dirige el obispo transandino Claudio Vera Navarrete. Soto Vargas aseguró que Vera Navarrete estuvo vinculado con la dictadura y que para levantar algo más de cincuenta templos en el sur argentino contó con apoyo monetario de Augusto Pinochet.
Por su parte, el obispo Vera Navarrete negó esas acusaciones y sostuvo: Nuestra iglesia no tiene que pedir perdón por los hechos ocurridos durante la dictadura de Pinochet porque nosotros no nos metíamos en política. El titular de la Iglesia Metodista Argentina aseguró que la gran cantidad de iglesias construidas en esta región -incluido el templo mayor de Bariloche con capacidad para 900 fieles- se levantó a puro pulmón y no con plata de Pinochet.
Vera Navarrete -cuyo hermano Eric tuvo un proceso por contrabando en Argentina- dijo que ingresó a este país en 1970 y que conoce toda la Patagonia debido a su tarea pastoral. Además, calculó que los fieles de la iglesia que él dirige suman unos diez mil en Argentina y que la mayoría están radicados en la Patagonia.