Dirigentes de la CGT oficial de Rodolfo Daer y de la disidente de Hugo Moyano avanzaron en las primeras conversaciones formales hacia la unificación de ambas centrales de trabajadores, a instancias de la comisión episcopal de Pastoral Social.
La ronda de diálogo encabezada por los sindicalistas Luis Cejas y Horacio Ghillini, como integrantes de la mesa de consenso de la Pastoral Social -confirmada al periodismo por integrantes de ambos sectores que participaron de la reunión-, pretende reeditar el entendimiento que ambas centrales habían alcanzado en 1999 para la unificación bajo la conducción del camionero Moyano.
Los acuerdos se vieron finalmente frustrados, lo que prolongó el cisma sindical entre ambas centrales obreras, aunque ahora el diálogo se encuentra bien encaminado, según fuentes que participaron del encuentro.
De acuerdo a lo conversado en los primeros encuentros formales en pro de la unidad gremial, se buscará que la prevista manifestación para el 15 de este mes en rechazo a la desregulación de las obras sociales, se constituya en un nuevo paso de acercamiento tras la coincidencia en el último paro general.
Cejas aseguró que se están produciendo acercamientos importantes entre referentes de las dos centrales sindicales, y subrayó la necesidad de que ambas CGT se unan para tener una acción coordinada frente al modelo económico que el gobierno quiere sostener a toda costa.
El lanzamiento de la estrategia unificadora estuvo a cargo del cardenal Raúl Primatesta, quien al frente de la comisión episcopal de Pastoral Social le encargó a Cejas -de la Federación Unica de Viajantes de Comercio de la Argentina- y a Ghillini -delegado del Sindicato de Docentes Particulares- la motorización del diálogo.
En las reuniones de la comisión realizadas en Buenos Aires y en San Rafael (Mendoza) se habló de la unidad del sindicalismo y de la necesidad de que se conforme un frente con todos los sectores sociales y de todas las expresiones sindicales, sin exclusiones, que pueda sacar adelante al país, indicó Cejas.
La pretensión de la Pastoral apunta al acercamiento de Daer y Moyano en una central unificada que permita a los representantes de los trabajadores lograr una influencia mayor en las negociaciones con el gobierno nacional, tal como señaló el secretario ejecutivo Guillermo García Calendo. En el ánimo de unidad se sumaron las voces del obispo de San Isidro, monseñor Jorge Casaretto, y el arzobispo de Mendoza, monseñor José Arancibia, quienes desean sumar al diálogo a la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) que lidera el estatal Víctor De Gennaro, expresaron los obispos en un comunicado.
Desde su conformación a principios de año, la mesa de consenso emitió distintos documentos en los que analizaba la situación social proponiendo una serie de medidas que permitan con el consenso gremial y empresario reactivar la economía y la generación de puestos de trabajo.
"Nada que ver con la CGT"
Mientras tanto, el diputado nacional del Frepaso Juan Pablo Cafiero reaccionó con fiereza ante las críticas del sindicalismo a la reforma previsional y remarcó: La Alianza con la CGT no tiene nada que ver, para agregar que nuestro gobierno paga costos cada vez que se acerca a la CGT porque la CGT tiene el doble discurso, negocia un menú donde los temas de interés concreto no sé en qué lugar están.
Insistió luego en que cada vez que se acerca la CGT al gobierno terminamos mal, como por ejemplo con la reforma laboral, y elogió, en cambio, a la CTA porque si bien es una central combativa, que nadie puede dudar de la honestidad y convicción de sus dirigentes, hace propuestas constructivas y el gobierno tiene que escuchar y atender. Me gustan porque va de frente y dicen las cosas con claridad.
Cafiero confió entonces que prefiere escuchar a los piqueteros porque representan una posición, dicen las cosas con claridad, hablan con claridad, para rescatar después la figura del dirigente sindical Raúl Castells, actualmente detenido por supuesta extorsión a un supermercado.
Después ratificó su posición contraria a la reforma jubilatoria porque ninguna reforma previsional debe cortar derechos adquiridos y subrayó que el problema es la evasión previsional.
Asimismo recibió como una excelente noticia la desregulación de las obras sociales dispuesta por De la Rúa, ya que, a su juicio, entramos en una verdadera revolución en el campo de la salud.
El diputado, hijo del senador justicialista Antonio Cafiero, aprovechó para señalar que el 2000 fue un año perdido para la Argentina desde el punto de vista social y productivo, y destacó que el gobierno aliancista tuvo que tomar decisiones que fueron más que nada para mejorar el aspecto fiscal del país. Se logró, de alguna manera, no con la contundencia que se esperaba por cuestiones externas a país, pero ya se terminó la situación fiscal y ahora viene la etapa del crecimiento y la producción.