Dirigentes sindicales alemanes pidieron ayer explicaciones al grupo Daimler-Chrysler sobre la responsabilidad de la firma en la desaparición de trabajadores que se desempeñaban en esa empresa durante la dictadura. Este martes enviamos una carta a la dirección del grupo en la que intimamos a la dirección a responder a varias preguntas sobre el asunto, declaró un portavoz del poderoso sindicato metalúrgico alemán, IG Metall en Stuttgart, sede de Daimler Chrysler.
El grupo germano-norteamericano nació en 1998 tras la fusión del alemán Daimler-Benz y el estadounidense Chrysler. El caso, evocado en las últimas semanas por varios diarios alemanes se remonta a 1976 y 1977, luego del golpe militar en marzo de 1976 en Argentina.
Responsables de la fábrica, por entonces alemana, en la localidad bonaerense de González Catán, habrían entregado a una decena de sindicalistas a los militares, que desaparecieron tras su detención. Un portavoz de Daimler Chrysler se negó a comentar el caso, argumentando que la carta todavía no había llegado a la dirección y remarcó: Hasta ahora no recibimos ningún pedido de explicaciones.
La entrega
Es un escándalo que se quiera tapar a todas luces los motivos de los presuntos asesinatos, había dicho Tom Adler, delegado de IG Metall. Es evidente que los directivos de la Daimler Benz AG colaboraron con la dictadura militar argentina para entregar a delegados obreros de la empresa al terror, sostuvo, por su parte, el apoderado de IG-Metall en Stuttgart, Juergen Stamm.
Por lo menos trece obreros de la planta de Mercedes Benz en la localidad bonaerense de González Catán fueron secuestrados entre abril de 1976 y agosto de 1977, según una investigación hecha en 1999 para una emisora estatal alemana sobre la colaboración de empresas argentinas en la detención y posterior aniquilación de sindicalistas entre 1976 y 1983.
En las posteriores investigaciones que realizó la Comisión Nacional por la Desaparición de Personas (Conadep) quedó ampliamente demostrado, y así lo convalidó la Cámara Federal en el Juicio a las Juntas, que se produjo el secuestro masivo de las comisiones internas y cuerpos de delegados de las grandes terminales automotrices, entre ellas Mercedes Benz y Ford.
En el caso de la Ford de General Pacheco llegó a funcionar un destacamento del Primer Cuerpo de Ejército dentro del predio de la fábrica. Todos los delegados de la comisión interna fueron secuestrados y los obreros debían trabajar en la línea de montaje con soldados armados a su alrededor. La estrecha colaboración de la Ford con la dictadura videlista se hizo extensiva al uso masivo de los tristemente célebres Falcon verdes por parte de las fuerzas de seguridad que llevaron adelante su política de exterminio de los opositores al gobierno militar.
En el caso de la Mercedes Benz, el abogado alemán Wolfgang Kaleck entabló demanda en nombre de la Asociación de Abogadas y Abogados Republicanos de Alemania contra los ex miembros de la junta militar argentina Jorge Videla y Emilio Massera y el entonces director de la fábrica, el alemán Juan Tasselkraut, quien sigue ocupando un cargo directivo en la empresa.
Desde julio pasado investiga el caso la Fiscalía de la ciudad de Nüremberg.