A las señales de abandono mencionadas por los docentes rurales, se suma el hecho puntual publicado por La Capital el 1º de noviembre sobre la decisión del Ministerio de Educación de la Nación, con acuerdo del provincial, de reemplazar la falta de entrega textos específicos para la modalidad rural por el giro de 1.700 pesos para comprar una fotocopiadora que permita reproducir el material de estudio faltante.
De acuerdo a lo manifestado a este diario, en un primer momento, por la responsable nacional del Programa Escuelas Prioritarias, Yrene Polletto, el dinero para las 39 escuelas provinciales fue girado a la provincia a fines del mes de octubre. Sin embargo hasta ayer ni el Ministerio de Educación provincial ni las escuelas (en forma individual) habían recibido esta cifra (en total son 66.300 pesos).
Ante las reiteradas consultas de este medio a uno y otro ministerio, ayer por la tarde nación envió un fax a la provincia informando que la transferencia de los 66.300 pesos estaba demorada por datos faltantes de escuelas y que una vez solucionado se comunicaría el pago de la misma.
Si bien La Capital no pudo dialogar con la responsable provincial de este proyecto, Estela Imhof, trascendió desde Educación provincial que los reclamos a la nación por este tema se hacen permanentemente, ya que cuando se decidió enviar este dinero la nación no tuvo en cuenta por ejemplo que había escuelas que ya tenían hasta dos fotocopiadoras y otras ni siquiera una caja de ahorro abierta para recibir el dinero.
Más burocracia
Lo cierto es que a un día de terminar las clases, las escuelas no cuentan ni con los libros ni con la fotocopiadora necesaria para reproducirlo, aunque esta no sea la salida pedagógica adecuada para paliar la falta de textos escolares, y al margen que el dinero este perdido en la burocracia ministerial.
Cabe destacar que los profesores itinerantes y maestros tutores involucrados en este proyecto defendieron estos cuadernos pedagógicos, diseñados especialmente para esta modalidad, por considerarlos de avanzada al manifestar que aunque no sean el único recurso son una pieza clave para el trabajo semipresencial. Al tiempo que destacaron que no haberlos tenido este año generó en los padres desconfianza hacia el proyecto ya que muchos compararon lo recibido el primer año del proyecto con las carencias manifestadas durante este ciclo.