Córdoba.- Un grupo de presos de la Cárcel de Encausados de Córdoba protagonizó ayer un motín que se prolongó durante casi cinco horas y tomó a dos guardiacárceles de rehenes para exigir a las autoridades del penal, entre otros reclamos, que les conecten televisión por cable para poder ver el partido que Boca jugará hoy en Japón contra el Real Madrid por la final de la Copa Intercontinental.
El motín comenzó pasado el mediodía cuando los presos de los pabellones 1, 4, 6 y 11 se alzaron contra los carceleros, quemaron colchones y tomaron a dos guardias de rehén. Cinco horas más tarde, el alzamiento había finalizado y los guardias liberados debieron ser trasladados a un hospital debido a que sufrieron lesiones leves durante su encierro.
La directora del Servicio Penitenciario provincial, Graciela Luciente de Fúnez, aseguró que el motivo de la revuelta fue que los reclusos pedían ver por cable el partido que Boca afrontará en Japón ante el Real Madrid a partir de las 7 de hoy, por la final de la Copa Intercontinental.
Durante el alzamiento llegó hasta la cárcel, que permaneció rodeada por móviles de la policía provincial para evitar cualquier intento de fuga, el fiscal de turno Manuel Ugarte para iniciar el diálogo con los revoltosos.
El mismo funcionario confió que los dos guardias que fueron tomados de rehén son Guillermo Reale, de 24 años, y Raúl Orellana, de 30, quienes debieron ser trasladados al policlínico policial. El primero presentaba heridas de balas de goma, en tanto su compañero sufrió politraumatismos. En las inmediaciones del penal también resultó herida con un golpe en la frente la cabo María Pereyra, en el marco de una refriega entre familiares y policías.
Ugarte también fue quien confirmó cerca de las 17.30 que los presos depusieron su actitud y que entre ellos había varios heridos de bala de goma, que fueron atendidos en la enfermería de la unidad penitenciaria.
Un guardia como trofeo
Durante el amotinamiento los reclusos gritaban desde las ventanas más altas del penal con la finalidad de ser escuchados por la prensa y por los familiares que se acercaron hasta la vieja cárcel del barrio Güemes. También exhibían a uno de los guardiacárceles que tomaron de rehén para presionar a las autoridades penitenciarias.
Por tratarse de reclusos encausados y sin condenas que se encuentran alojados en un penal próximo a demoler, fuentes judiciales y penitenciarias explicaron que los presos también reclamaban que se aceleren sus causas y que no se los traslade a otras unidades penitenciarias con los ya penados.
En el penal del barrio Güemes, que será demolido en los próximos meses, actualmente se encuentran alojados unos 700 presos sin condena los que serán trasladados a otras dependencias a fin de mes.
Aparentemente la revuelta se habría originado en el pabellón 4 o en el 9 de la cárcel y los vecinos del lugar aseguran haber escuchado tiros dentro del edificio desde la mañana.