Washington. - El candidato demócrata Al Gore continuó ayer su lucha por la Casa Blanca, lanzando más desafíos legales al conteo de votos en la Florida y logrando el apoyo público de dos importantes congresistas de su partido. En tanto, el republicano George W. Bush, quien se declaró vencedor en las elecciones presidenciales estadounidenses del 7 de noviembre, continuó con sus planes de transición, apoyado por una decisión republicana de realizar audiencias anticipadas sobre la formación de su gabinete.
Un día después que el Estado de la Florida certificó al gobernador de Texas como el ganador de sus 25 cruciales votos electorales -y por tanto de las elecciones presidenciales de Estados Unidos- el vicepresidente Gore prometió disputar el resultado, a tres semanas del día de los comicios. Gore habló al país para explicar por qué impugnaba los resultados certificados por el Estado de Florida.
Por el poder de la democracia
Estamos hablando sobre algo que involucra muchos miles de votos que nunca fueron contados en los absoluto, expresó Gore. La integridad de nuestra democracia depende del consentimiento de los gobernados, expresado libremente en una elección donde cada voto es contado. El principio es que cada voto sea contado, aseguró. No tenemos más alternativa que impugnar ese resultado, de acuerdo con las leyes de Florida, declaró.
Más allá de los principios, Gore expresó que se sintió estimulado por la valoración de los senadores de su partido Tom Daschle (Missouri) y Richard Gephardt (Dakota del Sur) -líderes de los demócratas en la Cámara de Representantes y del Senado-, de que en la Florida si cada voto es contado, fácilmente hay más que suficientes para cambiar el resultado y decidir la elección en nuestro favor.
La secretaria de Estado de la Florida, una republicana y administradora local de la campaña de Bush, anunció el domingo que -según los conteos oficiales-, Bush ganó las elecciones en su estado por 537 votos, sobre cerca de seis millones depositados. Los abogados de Gore desafiaron los resultados en documentos presentados ayer en una corte de Tallahassee, capital del Estado, diciendo que los sufragios fueron certificados de forma impropia, pues se incluyeron votos invalidados y se excluyeron válidos en los condados de Palm Beach, Miami-Dade y Nassau.
El presidente virtual
En tanto, George Bush siguió adelante con sus planes de transición y nombró a Dick Cheney, su compañero de fórmula, para que encabece el equipo de transición y comience a trabajar rápidamente en ésta, y a Andrew Card como su jefe de personal. Pero la Administración de Servicios Generales expresó que ese organismo aún no podía disponer del espacio de las oficinas gubernamentales. Card afirmó entonces que el equipo de transición podría rentar espacio de oficinas privadas en Washington.
Bush contó con ayuda del Capitolio, donde el líder de la mayoría republicana del senado, Trent Lott, llamó a los presidentes de las comisiones senatoriales a comenzar el 4 de enero las audiencias para los nombramientos del gabinete de Bush. Dada la dilatada contienda para determinar al vencedor presidencial, es necesario que nos movamos prontamente y estemos preparados para confirmar al nuevo gabinete el 20 de enero, después que el presidente haya asumido, afirmó Lott. La fecha de la audiencia sería un día después de que jure el nuevo Congreso.