Tras desechar la vía del decreto, el gobierno nacional finalmente ingresó ayer el proyecto de reforma previsional en la Cámara de Diputados. Aunque la iniciativa llegó a tratamiento parlamentario luego de varias jornadas de reuniones entre las autoridades económicas y legisladores del oficialismo para ajustar los términos de norma, todo indica que el texto elaborado por el Poder Ejecutivo deberá sufrir cambios, porque el Frepaso y un grupo de legisladores del radicalismo se oponen a determinados puntos, como la eliminación del sistema estatal de reparto o los descuentos para las mujeres que se jubilen antes de los 65 años. También el justicialismo adelantó su rechazo.
El proyecto de reforma previsional que giró el Ejecutivo al Congreso propone reemplazar la Prestación Básica Universal (PBU) por una suplementaria, afectando de ese modo a las jubilaciones que reciben una asignación por encima de los 600 pesos mensuales. Abre la posibilidad de que las mujeres posterguen su jubilación hasta los 65 años, penalizando a quienes lo hagan a partir de los 60. Y plantea la eliminación del sistema de reparto para los nuevos trabajadores.
La presidente de la comisión de Previsión y Seguridad Social, la frepasista María América González, mantiene una postura contraria a la reforma y estuvo fuera de las negociaciones con el gobierno. González le había adelantado al jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, que ayer iba a presentar su propio proyecto pero debió congelar el intento ante la llegada de la reforma oficial.
El rechazo del Frepaso fue respaldado ayer por el presidente del bloque de la Alianza, el frepasista Darío Alessandro, en una muestra de la generalizada resistencia conquistada por el proyecto. El diputado precisó que la oposición del Frepaso es contra la rebaja de haberes futuros y la eliminación de sistema de reparto, pero anticipó que la iniciativa se analizará en comisión.
De ese modo, intentó desmentir que el proyecto pudiera paralizarse en el Congreso, que fue uno de los temores deslizados por el gobierno para justificar la amenaza de un decreto.
De todas formas, el Poder Ejecutivo deberá enfrentar la oposición combinada del Frepaso y de la oposición justicialista. Por esta razón el gobierno intentará por ahora empujar el tratamiento del proyecto en la cámara y evitar su estancamiento antes que declarar la guerra al Poder Legislativo.
Para el gobierno la aprobación del proyecto constituye una medida imprescindible para afianzar la solvencia del sistema en el mediano y largo plazo. Banqueros, inversores extranjeros y organismos de crédito internacionales presionan para que salgan adelante las reformas de tercera generación y como parte del ajuste que le exigen para el otorgamiento a la Argentina del blindaje financiero de más de 20 mil millones de dólares como colchón para evitar una crisis monetaria.
El texto enviado al Congreso lleva las firmas del jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, y los ministros de Economía, José Luis Machinea y de Trabajo, Patricia Bullrich.
La reforma previsional sancionada en 1993 limitó el acceso a los beneficios al hacer más rigurosos los requisitos de edad y años de aporte, generando una carencia de cobertura que, de continuarse, derivará en una caída en los próximos veinticinco años del número de personas mayores que deberían ser cubiertas por el sistema, resalta el gobierno en los fundamentos del proyecto.
Defendiendo al sistema de reparto
Sin embargo, la necesidad de sostener el sistema previsional de reparto fue expuesta ayer al conjunto del bloque de diputados de la Alianza mediante un documento elaborado por Eduardo Santín (UCR-Buenos Aires) en acuerdo con la conducción de los legisladores.
El documento señala que el sistema único basado en las AFJP, que sólo funciona en Chile muestra su fracaso, cuando han comenzado a pagarse las primeras jubilaciones, con mensualidades que se sitúan entre los 70 y 80 dólares.
Además, el paper remarca la necesidad de lograr el consenso social para la reforma previsional, por lo que la misma no puede hacerse por decreto, y aún visualiza la posibilidad de la anulación parlamentaria de un eventual decreto, y sin dejarlo escrito, Santín recuerda que el único sistema previsional sancionado por decreto se debe al ex dictador chileno Augusto Pinochet.
Al explicar la razón por la cual los nuevos trabajadores hoy ingresan en un 95% en las AFJP se señala que ello se debe a que el empleador es extorsionado por el gerente del banco donde tiene crédito, con el objeto de que sus empleados terminen en la AFJP de ese banco o porque lo inscribe tarde y no le permite hacer la opción o porque a partir de una importantísima campaña publicitaria (más de 50 millones de pesos anuales) han instalados a las administradoras como la solución.
Por su parte, el diputado santafesino Rubén Giustiniani, señaló: No estoy de acuerdo ni con el aumento de la edad jubilatoria de la mujer ni con la desaparición del régimen de reparto así como tampoco de la disminución de la PBU, y remarcó: Si viene con esto no lo voy a votar.
De los pocos legisladores que hicieron explícito su apoyo a la reforma, estuvo el cavallista Alfredo Castañón, particularmente con la eliminación de la PBU y del sistema de reparto estatal.
La Ciudad
