La Haya . - Una dura disputa entre la Unión Europea y Estados Unidos sobre cómo reducir las emisiones de gases de efecto invernadero llevó a la conferencia de la ONU sobre el clima a un ignominioso fin. No hemos alcanzado un acuerdo, dijo el presidente de la conferencia, Jan Pronk, al final de la sesión de conversaciones en La Haya orientadas a buscar el primer convenio mundial sobre medidas concretas para reducir los gases a los que se atribuye el cambio climático y el calentamiento global. La falta de acuerdo entre Estados Unidos, Japón y Canadá, por un lado, y la Unión Europea, por otro, provocó el fracaso del encuentro, convocado para dar fuerza legal a los límites a la emisión estipulados hace tres años en Kioto, Japón. Estados Unidos es el principal emisor de gases: 25% del total mundial, según se estima. El efecto invernadero se traduce en un crecimiento acelerado de la temperatura media global, lo que lleva a cambios de régimen de lluvias y a la pérdida de glaciares, entre otros muchos efectos. Detrás de la posición estadounidense se hallaba el poderoso lobby de las petroleras, directas responsables de las emisiones provocadas por la quema de combustibles fósiles.
Estoy muy decepcionado. Defraudamos al mundo exterior, dijo Pronk, quien es también el ministro holandés de Medio Ambiente. El funcionario pidió a los delegados en las últimas horas de las conversaciones buscar formas de continuar las negociaciones en las próximas semanas y meses, al decir que no podían marcharse con las manos completamente vacías.
Pronk no dio detalles sobre las razones del colapso de las negociaciones. Sin embargo, delegados dijeron que los socios de Londres en el bloque de 15 naciones de la UE, cuya presidencia ostenta actualmente Francia, rechazaron un acuerdo alcanzado por Gran Bretaña y Estados Unidos.
El viceprimer ministro británico John Prescott abandonó las conversaciones en medio de escenas de caos, diciendo que los principales actores no pudieron hacer las concesiones requeridas antes del plazo fijado. No hay acuerdo. Eso es desafortunado, dijo a los periodistas, al abandonar las negociaciones. Estábamos tan cerca. No pudimos lograr un acuerdo. Estoy devastado. Queríamos un acuerdo, pero así es la vida, agregó.
Militantes del medio ambiente calificaron el dramático resultado de la conferencia en La Haya como un desastre para los esfuerzos encaminados a limpiar la atmósfera del planeta y proteger a las naciones más pobres de tormentas e inundaciones devastadoras.
El grupo de países en vías de desarrollo G-77 dijo que el fracaso de las conversaciones los condena a más desastres ambientales. Continuaremos siendo víctimas de los impactos adversos del cambio climático, dijo el portavoz del G-77 Sani Daura, de Nigeria, al atribuir el colapso de las negociaciones a lo que llamó egoísmo y falta de voluntad política entre las naciones ricas.
Ustedes han hundido al mundo, gritaron airados manifestantes congregados en las afueras de la conferencia tras la partida de Prescott.
El mundo pagará con lágrimas, dijo el grupo Amigos de la Tierra. No perdonaremos ni olvidaremos a aquellos que hicieron fracasar las conversaciones y pusieron a nuestro planeta en mayor peligro.
Sin recorte del 5%
La conferencia trató de acordar medidas para implementar un pacto alcanzado en Kioto, Japón, en 1997, que fijó a las naciones desarrolladas un recorte promedio de cinco por ciento en sus emisiones de gases de invernadero para el 2010, según los niveles registrados en 1990.
La comunidad científica asegura que gases como el dióxido de carbono están causando efectos potencialmente desastrosos en el clima, los niveles marítimos y la propagación de enfermedades como la malaria y el dengue hemorrágico, asociadas a climas tropicales. Regiones del mundo de clima hasta hoy templado están registrando una evolución hacia climas subtropicales. La disputa entre la UE y Estados Unidos giró en torno a un plan estadounidense que permita a las naciones desarrolladas tomar en cuenta el dióxido de carbono absorbido por los bosques, los llamados sumideros de carbono, en las metas de reducción de emisiones fijadas en Kioto en 1997.
El lobby empresario
Numerosos empresarios y compañías petroleras estadounidenses temen que los costos de detener el calentamiento de la Tierra podrían tener efectos perniciosos en el crecimiento económico y los empleos.
La UE enfrentará a un socio de negociación muy diferente si es un gobierno de Bush, agregó, refiriéndose a la reñida contienda presidencial estadounidense entre el republicano George W. Bush y el demócrata Al Gore.