No lo conozco, sentenció el martes pasado el hombre que maneja la plata. La Capital lo publicó en tapa en su edición del 3 de noviembre último y un día después el gobernador Carlos Reutemann confirmó que la provincia ya tenía un proyecto de ley destinado a promover las inversiones en la provincia. Pasó casi un mes y el ministro de Hacienda Juan Carlos Mercier volvió a negar la existencia de la iniciativa. De hecho, desnudó así la controversia que sostiene a puertas cerradas con con el ministro de la Producción Miguel Paulón en el seno del gabinete.
Paulón fue el encargado de poner sobre el papel las expresas instrucciones del Lole, quien había anunciado en el acto del Día de la Industria que se llevó a cabo en la ciudad de Firmat el pasado 9 de septiembre la decisión de empujar este proyecto, que se baraja como una herramienta estratégica para captar nuevas inversiones que ayuden a salir de la recesión a una región golpeada por el desempleo.
Una plaza deprimida integrada por consumidores cada vez más pesimistas, limitaciones en la competitividad de las empresas para protagonizar un boom de exportaciones y la falta de perspectivas de que se pueda esperar un shock de confianza por parte de quienes conducen la economía nacional, llevan a pensar que esta región podrá volver a crecer de la mano del sector agropecuario -siempre y cuando se sostengan los precios de los últimos días que le están cambiando la cara a los productores- y con la llegada de nuevos inversores con plata fresca.
De la sanción del proyecto de ley depende, por ejemplo, la radicación de un call center de capitales norteamericanos, Teletech, que promete crear hasta mil puestos de trabajo en Rosario. Los directivos de la compañía se lo plantearon con todos las letras al gobernador: si tienen que contribuir el impuesto a los ingresos brutos y los aportes patronales (ley 5110) que castiga con un alícuota del 3,5 por ciento del salario al que crea un puesto de trabajo, no van a venir. Podría sonar como un chantaje, pero lo cierto es que Teletech no paga esos impuestos en Buenos Aires, donde está emplazado desde hace dos años ni tampoco lo pagarían en Córdoba, según trascendió de los resultados de la visita a esa provincia que efectuaron algunos representantes de la empresa la semana pasada. Se sabe que la estrategia para captar inversiones de los mediterráneos es: Mejorar la mejor de las ofertas.
Luego de una fallida gestión con la intendencia de Hermes Binner, el subsecretario de Inversiones Mario Joris se puso a trabajar los últimos días con los directivos de Teletech para conseguir un local dentro de la ciudad, otra de las necesidades de la compañía. Aunque la cartera de Hacienda provincial hace bastante tiempo que encaró la realización de un relevamiento de las propiedades que tiene la provincia en Rosario, este trabajo no está aún completo. Por eso, encontrar la papelería y los planos catastrales que permitan identificar las tenencias de la administración central y de las empresas provinciales resulta una tarea compleja.
El caso de Teletech no es el único que llegó a manos del gobernador. Aunque las gestiones se mantienen bajo siete llaves, se supo que un banco de bandera extranjera también tiene interés en instalar un call center en la ciudad, y en este caso se habla de 2.500 puestos de trabajo. Además de estos grandes players, también merecen ser tenidos muy en cuenta toda una oleada de emprendimientos de la nueva economía que crecieron vertiginosamente en los últimos dos años y ya tomó cuerpo institucional en el llamado Grupo Tecnológico. La movida comenzó a gestarse con la acción de tres empresas locales del sector, pero existen otras 20 que están pugnando -con todo el derecho- por tener un lugar en el agrupamiento, algo que seguramente se concretará durante las próximas semanas. Los empresarios locales se juntaron con universidades y fundaciones, están juntos los gobiernos provincial y municipal, y son frecuentes los contactos con operadores internacionales.
Mientras la prometida agencia de desarrollo regional sigue estancada en el marco de una indecorosa puja por ver quien maneja la plata entre el gobierno nacional, el Banco Nación, la provincia y la municipalidad, la experiencia tecnológica parece marcar un tono distinto sobre cómo se debe manejar la implementación de políticas activas hacia la producción. Por las dudas, conviene tocar madera.
Lo que hace falta
Todos los esfuerzos que se hagan pueden resultar vanos sin un aggiornamiento de los instrumentos aplicados para promover la radicación de inversiones. Algunas de las demandas de los potenciales inversionistas pueden hasta sonar irritantes, pero si no aparecen los alicientes del caso -llámese eximición de impuestos ó cesión gratuita de instalaciones- el resultado es que los puestos de empleo terminan en otro lado.
Entonces, ¿en qué quedó la ley de inversiones provincial? El proyecto fue presentado en una reunión de gabinete provincial, aunque Mercier diga desconocerlo. ¿Por qué la controversia?
Desde el primer momento se pensó, no sin lógica, que el problema estribaba en las objeciones que el hombre que cuida las finanzas provinciales tenía sobre la introducción de una ley que pueda complicar los esfuerzos por sanear el déficit de las cuentas provinciales. Se hablaba de un costo fiscal de 50 millones anuales, justo cuando el gobierno provincial acaba de firmar un compromiso de no aumentar el gasto público hasta el 2005. Sin embargo, desde el Ministerio de la Producción se sostiene que tal razonamiento se alejó de la realidad porque el proyecto de ley prevé que el régimen de beneficios estará limitado por el presupuesto anual, que fijará de modo claro y preciso los fondos públicos que se aplicarán a la promoción de la actividad económica. Dicho de otro modo, la llave del chorro de beneficios la tendrá el Ministerio de Hacienda, el encargado de elaborar la ley de leyes.
Si se descartan las motivaciones financieras, las explicaciones de las divergencias habrá que buscarlas en cuestiones de protagonismos. Una hipótesis plantea que al inmiscuirse en cuestiones impositivas el proyecto de Paulón se pasó de la raya. Al menos así lo vería Mercier, y ello explicaría su reticencia a hablar de la iniciativa, al punto de desconocerla.
De todos modos, en el Ministerio de la Producción aseguran que el proyecto será parte del paquete de leyes que el Ejecutivo enviará a la Legislatura para su tratamiento en extraordinarias, que incluirá además el presupuesto y la adhesión al compromiso federal rubricado el lunes pasado.
Reutemann tomó un compromiso personal en torno a este proyecto, si bien advirtió que la instrumentación de la iniciativa dependerá de los recursos fiscales disponibles. Todo indica que los próximos días serán definitorios.
La Ciudad
