Año CXXXIV
 Nº 48950
Rosario,
domingo  26 de
noviembre de 2000
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Análisis: El radicalismo necesita un Samoré

Mauricio Maronna

Al radicalismo santafesino lo espera un verano caliente. El portazo de Juan Carlos Millet a las filas de Convergencia y la furiosa contraofensiva de Horacio Usandizaga hicieron ingresar al partido en una zona de clivaje que, más allá de la eterna interna, tiene un plazo crucial: el 22 de abril de 2000. Ese día, la acuarela de amarillos, celestes, blancos, rojos y milletistas deberá elegir los candidatos a senador, diputado y autoridades partidarias.
Pero, mientras se pertrechan para la gran batalla, unos y otros mantienen abierto el libro de pases. Más allá de la diáspora, es un reduccionismo equivocado dividir el mapa interno solamente entre usandizaguistas y antiusandizaguistas. No todo lo que se opone a Usandizaga tiene el mismo color, se atajó uno de los máximos exponentes del sector Celeste. Es que a la alianza estratégica que conforman con el PSP se le agregó una nueva pata: el ex rector de la UNR. Millet no acepta ser el socio menor y se plantó ante los dambrosistas con una posición de máxima: Quiero ser candidato a senador nacional. Los celestes no podían creer lo que escuchaban.
Pese al policromático frente opositor, hay una verdad incontrastable: Usandizaga sigue siendo el radical con mayor intención de voto en la provincia de Santa Fe.
Nos juntamos todos, le ganamos al Vasco, y después qué... Sería horrible que el PJ nos apabullara en el 2001 si presentamos a Millet como candidato a senador, resumió a La Capital una fuente celeste, que sigue confiando en que desde la Nación baje un mediador que pueda reunir a las partes, con el Vasco incluido. El único cardenal Samoré que podría llevar con éxito semejante tarea de mediación tiene nombre y apellido: Raúl Alfonsín, quien estará en Rosario en los próximos días.
Pero no todo el color se agota en amarillos, celestes y blancos. Como una teoría del derrame, reapareció en escena el rojo Raúl Zuza, quien les trasladó a algunos caciques partidarios un consejo que -supuestamente- bajó desde el presidente Fernando de la Rúa. Zuza desapareció de los primeros planos pero, sigilosamente (todo un estilo), se convirtió en el dirigente santafesino que más cerca está físicamente del jefe del Estado: ocupa una función sin cartera en la mismísima Casa Rosada, pegado al secretario de Asuntos Especiales de la Presidencia, Leonardo Aiello.
El candidato que quiere el flaco (por De la Rúa) es Alberto Natale, sacudió Zuza a sus interlocutores. Los rojos le acercaron a Millet una propuesta que fue rechazada. Nos ofrecieron apoyo en la interna a cambio de reservarle a Natale la candidatura a senador. Obviamente dijimos que no, revelaron, al tiempo que creen que Zuza terminará acordando con Usandizaga.
El senador nacional regresó en los últimos días a los primeros planos con el discurso que mejor juega y más les gusta a sus seguidores: calificó sin tapujos de traidor a Millet, renovó la mística perdida entre los amarillos y prometió batallar para ganarles a todos en la interna de abril. Además, la convención provincial del próximo miércoles sepultará el triunfo que había obtenido el antiusandizaguismo en el comité provincial, cuando se resolvió la ampliación de la junta electoral que controlará los comicios. Esa violación es un hecho de extrema gravedad. Por eso, trataremos como punto excluyente el respeto a la carta orgánica y consideraremos totalmente nula la ampliación a 12 miembros de la junta, confirmó el vicepresidente de la convención, Nelson de Lajonquiere.
La gran pregunta es: ¿cuántos radicales concurrirán a sufragar el 22 de abril? En la última interna, en Rosario no votaron mucho más de 28 mil afiliados. Y en la provincia no más de 50 mil. Con números tan raquíticos, el que domina la mayoría del aparato se lleva la victoria, dicen algunos, mirando de reojo el padrón.
La Capital pudo saber que el concejal Federico Steiger le presentó en las últimas horas una iniciativa al presidente de la convención, Santiago Mascheroni, para posponer las elecciones: Propongo establecer la fecha tentativa de junio de 2001 para convocar a internas abiertas, dice el paper.
La resolución de la agotadora interna radical no es un dato menor: las elecciones legislativas del 2001 resultarán de vida o muerte para el gobierno nacional. Por eso, en el comité nacional la lupa se posa sobre Santa Fe y piensan en un mediador. Alfonsín, al tanto del espeso clima, se toma la cabeza y se acuerda de Almodóvar: ¿Qué hice yo para merecer esto?. Un Samoré a la derecha.



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