Año CXXXIV
 Nº 48950
Rosario,
domingo  26 de
noviembre de 2000
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Habla memoria
La poesía después de Auschwitz

Sabine Glaubitz

Fue un escritor concentrado en la introspección, un poeta de versos enigmáticos y complejos. Paul Celan, uno de los poetas más importantes en lengua alemana, hubiera cumplido el jueves pasado 80 años.
A 30 años de su suicidio en París, la obra de este autor nacido en Chernovitsi (entonces Rumania, hoy Ucrania) sigue rodeada de un aura de misterio.
Los libros de poemas De umbral en umbral (1955, edición española de 1997 en Hiperión), Amapola y memoria (1952, 1999 en Hiperión) son obras difíciles de comprender, cargadas de surrealismo y cuyo contenido es polifacético.
Ya durante su vida, sus libros eran interpretados por los críticos mucho más en cuanto a sus significados psicológicos que en relación a la crítica literaria. Los expertos veían en sus textos oscuros y crípticos la historia del hijo de una pareja de judíos de habla alemana, con todo el trauma del Holocausto.
En junio de 1941 las tropas alemanas marcharon sobre su ciudad. Celan, cuyo apellido verdadero era Antschel, ingresó en un campo de trabajo. Sus padres fueron deportados. El murió en un campo de concentración en 1942 y poco tiempo después su madre fue ejecutada con un tiro en la nuca por un guardia.
En 1948 Celan emigró finalmente a París, donde enseñó literatura alemana y trabajó como traductor. En 1959 adoptó la nacionalidad francesa. Su origen y juventud dejaron una profunda marca en la vida de Celan, un hombre capaz para los idiomas, culto y extremadamente sensible.
En su famoso poema Fuga de la muerte, describe la situación vivida en Auschwitz-Birkenau: La muerte es un maestro venido de Alemania su ojo es azul/ Te acierta con bala de plomo te acierta con precisión.
Esta obra de Celan fue considerada una convincente respuesta a la afirmación de Theodor W. Adorno acerca de que después de Auschwitz no era posible hacer más poesía.
Los textos más importantes del autor surgieron en los años 60, cuando su obra se volvió más radical, incluso con una total renuncia a que fuera comprensible. Sobre qué puede hacer poesía Celan en el futuro que no sea el silencio, comentó un crítico en 1960.
Celan era consciente de la dificultad de su lenguaje. Cuando ese mismo año recibió el renombrado Premio Georg Buchner de la Academia Alemana de Letras, intentó explicar su poesía.
Caracterizó su creación como un estar siempre de camino, de un ya no más a un todavía no. También reconoció que deseaba, al igual que el personaje de Lenz del escritor Buchner, poder caminar de cabeza para poder tener debajo el cielo como abismo.
Los análisis sobre su obra y su persona llenan estanterías completas. La última publicación en español han sido sus Obras completas, en 1999 por editorial Trotta. En Alemania acaba de salir un libro de 300 páginas con textos de autores internacionales sobre la vida y la obra de Celan, rica en imágenes bíblicas y mística judía y cristiana.



Paul Celan, clave en la poesía alemana.
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