Venado Tuerto.- Un escaso nivel de adhesión a la medida de fuerza se registró en la ciudad tras las 36 horas de huelga decretada por las tres sindicales obreras del país. Salvo las entidades públicas y algunas escuelas, que ayer permanecieron cerradas, el resto abrió sus puertas normalmente. Cerca de 300 trabajadores se concentraron en una plaza del centro.
Cerca de las 10 algunos trabajadores se reunieron en la sede de la Ansés, para luego marchar por las calles céntricas de la ciudad junto a trabajadores de distintos gremios enrolados en la CGT Regional. Los municipales se plegaron a la medida en forma mayoritaria, aunque el intendente Roberto Scott dijo que las guardias mínimas se respetaron y los recolectores de residuos cumplieron normalmente en la madrugada de ayer.
La marcha culminó en la esquina de Casey y 25 de Mayo, enfrente de un supermercado al cual le arrojaban bombas de estruendo en señal de protesta por haber abierto sus puertas.
Por otra parte, un grupo de autoconvocados contra la miseria, el hambre y el ajuste se manifestaron por el centro de la ciudad y tras su recorrido pintaron leyendas en el municipio y en el Concejo en el cual les endilgaban a sus representantes ser ratas y ladrones.
Una llamativa presencia fue la del referente máximo del Frepaso departamental, Roberto Meier, quien participó de la marcha de los autoconvocados y tras ser consultado sobre esa actitud dijo: Todavía no sé si el Frepaso pertenece a este gobierno, pero estoy seguro de que no coincido con el ajuste.
En Firmat trabajaron todos
En Firmat la situación fue diferente a la del resto de la provincia ya que el paro casi no se notó. Abrieron algunos bancos, se dictaron clases y además trabajaron los municipales. El panorama extrañó a algunos ya que la ciudad no está atravesando por una buena situación económica; hay empresas que cierran y otras que están haciendo ajustes. Los únicos gremios que se plegaron a la medida fueron los metalúrgicos y los de la alimentación.
En Casilda hubo un alto porcentaje de acatamiento. La jornada mostró calles desoladas, comercios cerrados y fábricas inactivas, que contrastaron con estaciones de servicios y algunos bares que abrieron como si se tratara de un feriado. No hubo actividad bancaria y también pararon los municipales y los docentes. El servicio privado de recolección de residuos se prestó, así como el de taxis y remises.
No se registraron incidentes de ningún tipo, aunque un grupo reducido de estudiantes de Facultad de Veterinarias estableció un piquete entre la ruta 33 y bulevar Edgard Tomat. Quemaron neumáticos y cortaron el tránsito durante media hora, hasta que la policía logró persuadirlos para que liberen la zona.