Año CXXXIV
 Nº 48949
Rosario,
sábado  25 de
noviembre de 2000
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Panorama
¿De refundido a refundado?
A pesar de las dificultades de todo tipo que afectan al sector, algunos productores piensan en una refundación

Susana Merlo

Conmoción general de la economía en su conjunto, nuevos paros y medidas de fuerza, inundaciones en algunas áreas, principio de sequía en otras, y la falta de proyectos concretos para el sector agropecuario, entre otras cositas, constituyen una mezcla no muy favorable para el humor y menos aún, para la planificación productiva.
Sin embargo, no se sabe si independientemente de esto, o como consecuencia de esto, se están registrando algunos incipientes movimientos que pueden terminar resultando positivos. ¿Será cierto, en este caso, que no hay mal que por bien no venga?
Lo real es que la mayoría de las actividades agropecuarias muestran un nivel de deterioro infrecuente, y no hay propuestas oficiales que, al menos, den alguna perspectiva de mejora en el mediano y largo plazo. De hecho, los funcionarios, hasta el momento, sólo se circunscriben a esbozar alguna forma de respuesta dialéctica cuando la situación llega a estados críticos, tal el caso de las nuevas inundaciones en parte de la Pampa Húmeda, pero muy distantes todavía de alcanzar, aunque sea, la categoría de principio de solución.
Ante esto, muchos productores comienzan a bajar la guardia y muchos más no saben por dónde empezar o qué hacer para revertir esta situación. Sin embargo, empiezan a surgir algunos que quieren hacer algo, otros que tienen algunas ideas o propuestas y, también, algunas otras personas que aparecen dispuestas a hacer algún aporte en tiempo y especies para lograr salir del estancamiento y comenzar a mirar, nuevamente hacia el futuro.
Sobre estas bases, y prescindiendo de la dirigencia política que, en general, aparece poco o nada motivada para hacerlo, comienzan a surgir pequeños grupos que plantean refundar el sector, es decir, recuperar el rol y la trascendencia que tuvo antaño, que luego perdió, y que se logró rescatar parcialmente durante cierto lapso de los 90. Condiciones no le faltan.

Un sector motivado
El potencial existe, pero se necesitan buenas ideas, correctas y estratégicamente planteadas, y capacidad de convicción para movilizar a los que tienen la responsabilidad de tomar decisiones. ¿O acaso el sector automotriz o el energético tienen mayores posibilidades que el campo y sus productores?
Además, se cuenta con un elemento para nada menor, y es la propia idiosincracia de gran parte de la gente del sector que, ante la más mínima motivación arranca en punta, con entusiasmo, y vuelve a apostar apara adelante. Este hecho es innegable y sólo se necesita mirar lo que ocurrió el último tiempo.
A pesar de las restricciones, del temor sobre la evolución económica, de las contingencias climáticas, de la falta de interlocutores, del hartazgo del manoseo y la indiferencia por parte de las autoridades, y de tantas cosas más, igualmente -tranqueras adentro- se siguió avanzando, reduciendo costos, inventando lo inimaginable, modernizando, incorporando tecnología (si los recursos lo permitían) o, aunque sea, manejo y esfuerzo personal. Así siguió creciendo el área de siembra directa, el doble cultivo, se incorporaron paulatinamente la nueva gama de semillas. Hoy se habla de los Tuli, los Bosmara, los animales compuestos, los GPS, el análisis de gestión, y de muchísimas cosas más que, en buena medida, son las que justifican que la producción agropecuaria argentina siga creciendo a pesar de las restricciones externas y de la situación interna.
Y, en realidad, también es el propio castigo del sector, ya que muchos creen que no importa demasiado lo que se haga total, van a seguir produciendo.
Pero la gente de campo nunca pudo (y no lo va a hacer) especular con esta situación. Va a seguir para adelante. Sólo falta un poquito de motivación para arrancar. Después, lógicamente, se necesitarán otras condiciones para permitir aprovechar el potencial al máximo, pero el primer paso es salir del ostracismo. Mirar para arriba aunque se esté en el fondo del pozo.


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