El gobernador Carlos Reutemann solicitó la renuncia a la totalidad de los integrantes de su gabinete. Ministros, secretarios de Estado y subsecretarios de la administración santafesina deberán poner su dimisión a disposición del mandatario a más tardar dentro de los próximos quince días. Es decir, antes del 10 de diciembre. El propio Reutemann confirmó ayer que adoptó esa decisión, aunque se esforzó en restarle mayor trascendencia a la iniciativa.
Es normal, dijo a la prensa, como al pasar. Además, el Lole no se privó de volver a fustigar la presión nacional por la firma del segundo Pacto Fiscal y respondió nuevamente a las críticas de su par santacruceño, Néstor Kirchner. Una vez más, negó el alejamiento de su ministro de Gobierno, Angel Baltuzzi.
El titular de la Casa Gris no quiso abundar sobre una medida con la que, además de encarar una reestructuración de su elenco de colaboradores (nadie pide la renuncia a todos para que se queden todos, especuló ayer alguien cercano al gobernador) marcará la impronta institucional con la que la Casa Gris buscará afrontar el venidero año electoral que, se presume, llegará todavía en medio de una crítica situación socioeconómica.
Dicen que por este motivo Reutemann se decidió a blanquear con tanta anticipación su solicitud para evitar que se le pudiera dar una interpretación traumática. La idea que se quiere ir internalizando en la sociedad es que la cuestión obedecerá a una práctica rutinaria y no a una crisis coyuntural o a un agotamiento en la capacidad de respuesta y maniobra por parte de todos o algunos de los hombres que integran la primera línea del Poder Ejecutivo santafesino.
Reutemann cumplió ayer a pie juntillas con esa argumentación al hablar de una rutinaria normalidad, casi displicentemente.
Es normal en toda la función pública, argumentó el gobernador para insistir a renglón seguido en que normalmente se hace una evaluación de todas las personas y es un gesto de todos los colaboradores (el presentar la renuncia), con lo que pasó por alto el detalle de que fue él quien la solicitó de modo imperativo. Corresponde hacer una evaluación al primer año, al segundo, al tercero....
El gobernador recordó también que una iniciativa similar aconteció en su primera gestión, aunque se cuidó de refrescar que entonces ese trámite sí resultó traumático, aunque importó solamente el alejamiento de uno de sus colaboradores. Algo que, conforme los primeros trascendidos, diferiría en la versión actual de aquella vieja costumbre de Reutemann. Serían más de uno los cambios que se comenzaron a vaticinar no bien quedó abierta la temporada de especulaciones a la que habilitó la confirmación que brindó el gobernador sobre el destino futuro de sus colaboradores actuales.
Una cuestión de confianza
Los ministros son secretarios del gobernador y están ratificados hasta el minuto en que pierdan su confianza, recordó el presidente de la bancada oficialista de la Cámara de Senadores, Julio Gutiérrez.
Pero no fueron las únicas declaraciones de Reutemann. Tras presidir en el Salón Blanco de la Casa Gris la conmemoración del 214º aniversario del nacimiento del brigadier Estanislao López (entregó premios a estudiantes participantes de un concurso sobre el prócer), aprovechó la fecha para fustigar al gobierno nacional. No lo quise decir al final pero seguramente que el brigadier López no hubiera firmado este pacto, respondió en referencia al pacto fiscal que rubricó a regañadientes. No lo hubiera hecho porque en lugar de ser un país federalista somos un país muy unitario. No me caben dudas de que el brigadier López no lo hubiese firmado. Mientras estaba leyendo (el discurso) lo iba pensando, lo iba decir al final pero no lo quise hacer, completó el Lole.
Evidentemente ante las condiciones planteadas por el gobierno nacional, según las cuáles si nosotros no firmábamos este nuevo Pacto Fiscal el país se caía, lo hemos firmado. Pero para sorpresa nuestra, a 24 horas si no sale la reforma previsional tampoco está el blindaje y dejan con la incógnita de esta respuesta que se da hoy (por ayer): después del pacto la Bolsa bajó.
Ningún esfuerzo hizo ayer el gobernador, ya sea para disimular su preocupación respecto de la situación socioeconómica del país, a la que insistió en calificar de enormemente difícil, como en evitar un pronunciamiento poco alentador.
Hay un gran desánimo en la gente. Aún así, insistió en que apoya la gestión del presidente Fernando de la Rúa, aunque sin el énfasis que otrora se le conocía y que en algún momento le valiera recriminaciones de su propio partido. Esta vez Reutemann se preocupó en mostrarse forzado por las circunstancias: Hemos apoyado al gobierno nacional en el pacto del 6 de diciembre de 1999, que tiene menos de un año y aún no se han cumplido algunas cosas. Sin embargo, apoyando al gobierno nacional en un sentido patriótico hemos firmado hasta con un plazo de cinco años, lo que en este país no es poco. Hay un apoyo explícito a una decisión que tomó la sociedad de votar a un gobierno en octubre de 1999 y quedan tres años largos por delante. El equilibrio que tiene el país es muy precario y tenemos que apoyarlo por todos los argentinos, por la patria misma, fue la parrafada que largó de una sola vez.
Respecto a la decisión del bloque justicialista de dejar en nada la renuncia presentada por el senador Jorge Massat, el Lole fue cortante: A mí me presentó la renuncia en su momento, pero la dimisión que tiene validez es la que le presenta a la Cámara y sobre la que tiene que resolver el cuerpo, nada más. Ayer se decía en la Casa Gris que para disgusto del propio Reutemann, Massat habría militado esa decisión, tratando de convencer a los legisladores para que rechacen su propio pedido de paso al costado.