River Plate brindó anoche una lección acerca de cómo no debe defenderse un equipo, cayó por un impensado e histórico 4 a 1 ante Vasco da Gama y ahora necesita de un milagro futbolero en Río de Janeiro para llegar a la final de la Copa Mercosur. Romario, Junior Baiano, Roberto Bonano en contra y Pedrinho anotaron los goles para el inteligente equipo carioca, mientras que Saviola descontó para River, cuyos hinchas manifestaron su descontento por el resultado pidiendo el retorno del entrenador Ramón Díaz, desempolvando el viejo canto de es el equipo de Ramón. El primer tiempo fue tan increíble como poco usual, porque River generó trece llegadas claras de riesgo y sin embargo se fue al descanso en desventaja por dos goles. ¿Cómo ocurrió? Las razones son dos. Primero, las groseras fallas de su defensa en los dos goles del Vasco y, segundo, la gran actuación del arquero Helton, quien tapó seis jugadas clarísimas, la mala puntería de los futbolistas de River a la hora de pisar el área rival y el travesaño que, a los 13 minutos, le negó un bombazo a Roberto Trotta. La fórmula del Vasco fue bastante sencilla, no tuvo secretos ni rebusques. Intentó dormir la pelota y esperó a River en su campo, con una línea de cuatro defensores, cinco hombres bien cerraditos en la zona de volantes y el temible Romario como único delantero. Claro que, cuando encontró espacios para salir de contragolpe, Vasco le imprimió velocidad a sus movimientos y complicó a un River que de mitad de cancha hacia atrás pareció desorientado. Si bien parece fruto de la mala fortuna que River se haya ido a los vestuarios sin convertir, lo cierto es que la mayoría de sus arribos al arco de los brasileños se debieron a la inspiración de Ortega. River quedó muchas veces descompensado porque Coudet y Ariel Garcé quedaron demasiado solos en la contención y Vasco aprovechó ese andarivel derecho. El primer gol llegó por ese sector, con Romario solo para definir. Y el segundo fue mientras River merecía largamente el empate, cuando Junior Baiano no tuvo más que empujarla ante el estatismo del fondo local. Cuando reanudaron, Vasco volvió a golpear. A los 6 Juninho Paulista desbordó por derecha y en su afán por tapar el centro, Bonano achicó y la pelota fue camino al gol después de desviarse en su mano derecha, en una de las varias acciones desafortunadas que protagonizó el arquero de River. Las sorpresas continuaron y a los 20 Pedrinho sacó el remate goleador desde fuera del área grande. Recién cuatro minutos más tarde se produjo el descuento de River al definir Saviola tras un rebote en el palo por un disparo de Martín Cardetti. River tendrá que vencer el miércoles próximo por tres goles en Río de Janeiro para ir al desempate desde el punto del penal o por cuatro para clasificarse directamente finalista de la Mercosur. Por lo que se vio en el Monumental, el equipo de Américo Gallego depende de un milagro.
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