Barcelona . - El ex ministro socialista Ernest Lluch fue asesinado anoche en Barcelona, en el nordeste de España, al ser alcanzado por dos balazos en la cabeza disparados por un terrorista, presuntamente de ETA, confirmaron fuentes oficiales. Según fuentes de la delegación del gobierno en Cataluña, el atentado contra el ex ministro de Sanidad, de 63 años, se produjo en la primera planta del estacionamiento del edificio en el que Lluch tenía su casa, en la barcelonesa avenida de Chile.
Al lugar del atentado acudieron representantes de las autoridades regionales catalanas y del gobierno central español para informarse de lo ocurrido, sin que en un primer momento se hubiera precisado si el asesinato fue perpetrado por miembros de la banda terrorista ETA. Sin embargo, todo hace asignar a ETA el nuevo crimen.
El atentado contra Lluch tuvo lugar paralelamente al estallido de un coche bomba en el límite de los términos municipales de Barcelona y Hospitalet, cerca del lugar en que fue asesinado el ex ministro. El coche bomba, un Ford Fiesta blanco con matrícula falsa, explotó poco antes de las 22 (hora local), en las inmediaciones de la carretera de Collblanc y la avenida de Chile, sin que produjera víctimas ni daños materiales de consideración, aunque el gran estruendo que produjo causó la alarma entre los vecinos.
El cadáver de Lluch fue encontrado horas después de perpetrado el asesinato, por lo que se cree que la explosión del coche bomba tenía como fin borrar las huellas del vehículo empleado por los terroristas para su fuga o distraer la atención de los agentes. Lluch, nacido en Barcelona en 1937, fue ministro de Sanidad y Consumo entre 1982 y 1986, en el primer gabinete del socialista Felipe González.
Una jornada de violencia
Previamente, miembros de ETA perpetraron un atentado contra una casa cuartel en la norteña ciudad española de Irún, en la frontera con Francia. Allí un agente de la Guardia Civil resultó levemente herido al impactar una granada en la fachada de la casa cuartel. Las fuerzas de seguridad consideraron que el atentado hubiese podido provocar una masacre, ya que una de las en total tres granadas utilizadas por los terroristas cayó en el patio de un colegio salesiano colindante, donde unos treinta alumnos tenían clase de gimnasia.
Sin embargo, esa granada, al igual que una tercera que la policía encontró en los tubos utilizados como lanzadera, no llegó a estallar y por eso no causó daños personales. Tampoco provocaron heridos los pedazos de metal, ladrillo y cristales que cayeron en el patio del colegio debido a la explosión en el cuartel. Pasamos un gran susto, expresó uno de los escolares.
El atentado se produjo minutos antes de las 9 (hora local) en el barrio de Belaskoenea cuando fueron disparadas dos de las tres granadas que estaban alojadas en tres tubos lanzadera instalados por los terroristas en un aparcamiento de un edificio de pabellones industriales y que está ubicado en una zona elevada desde la que se divisa el cuartel. Las autoridades explicaron que los tres lanzagranadas estaban colocadas en una maleta sobre un automóvil y que fueron activados con un temporizador.
A consecuencia de la explosión en el cuartel, un agente de 27 años recibió heridas leves en un oído y fue trasladado a un hospital cercano, del que pudo ser dado de alta poco después. En horas de la tarde, la policía desactivó, con una explosión controlada, una bomba trampa que los terroristas habían escondido en el automóvil que utilizaron para lanzar las granadas. La potente deflagración hizo que el capó del vehículo saltara unos 50 metros por el aire y provocó además una gran llamarada y un columna de humo.
Por otra parte, en la localidad vasca de Guernica estalló ayer un artefacto explosivo con un kilo y medio de dinamita colocado junto a una agencia inmobiliaria, causando importantes daños materiales. El ataque fue reivindicado por ETA en una llamada telefónica al diario Gara.
La Ciudad
