El satélite argentino de observaciones terrestres SACC fue lanzado ayer desde una base estadounidense de la Nasa y entró en órbita para estudiar el medio ambiente, los ríos, las inundaciones, las cosechas, la forestación y hasta el seguimiento de la ballena franca.
El lanzamiento se realizó desde la base aérea de Vandenberg, en California, desde donde partió el cohete DeltaII, que transportó al satélite argentino hasta el espacio.
Nervios, aplausos y festejos se vivieron durante la hora y media transcurrida entre el despegue y el primer contacto del aparato con la Nasa, en el Centro Espacial Teófilo Tabanera, que la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae) tiene en la provincia de Córdoba, donde los científicos argentinos siguieron las transmisiones.
El cohete de la Nasa se lanzó a las 15.24 hora argentina (18.24 GMT). El satélite se desprendió a las 16.55, desplegó sus paneles solares, encendió sus transmisores y a las 17 mantuvo durante tres minutos su primer contacto al sobrevolar la estación Poker Flat, que la Nasa tiene en Alaska.
La única falla registrada durante la operación fue el fracaso del contacto previsto con la base antártica estadounidense McMurdo por problemas ajenos al satélite y propios de los equipos de la estación.
Hecho en el país
El SACC, diseñado por la Conae y construido íntegramente en la Argentina por el Instituto Nacional de Investigaciones Aplicadas (Invap), lleva a bordo 10 instrumentos aportados por la Argentina, Estados Unidos, Italia, Francia y Dinamarca.
El instrumental nacional de mayor importancia son tres cámaras capaces de realizar tareas de teleobservación aplicables a hidrología, estimación de cosechas, manejo y control de emergencias, geología, evaluación de procesos de desertificación, estudios del océano y de impacto humano en el medio ambiente.
Asimismo, el SACC realizará un seguimiento de la ballena franca austral que permitirá conocer a fondo los hábitos y las rutas migratorias con fines conservacionistas. La tecnología aportada por los otros países tienen por finalidad el estudio de la atmósfera y la determinación precisa del campo magnético terrestre, mientras que Brasil cedió las instalaciones del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (Inpe) para los ensayos ambientales del satélite. La Conae maniobró anoche a través de la estación cordobesa -ubicada en la localidad de Falda del Carmen, a 30 kilómetros de la capital provincial-, para establecer su primer contacto el satélite y recibir las primeras imágenes.