| | Editorial Justo premio a un humanista
| La historia del mundo atesora grandes artistas que, al mismo tiempo, fueron no menores humanistas. Es decir, seres superlativos que además de vivir en y para la pasión por su arte no fueron indiferentes a las angustias y dolores de los hombres de la época en que transcurrió su existencia. Generalmente testigos lúcidos y descarnados de la realidad, más allá de su específica vena creadora de belleza supieron asumir un compromiso con el mundo que lo rodeaba, sobre el que se propusieron -y a veces lo lograron más allá de sus propias vidas- influir positivamente. Esta breve introducción sobre la enorme potencia que encierra la conjunción de arte y humanismo vienen al caso porque el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) otorgó este año el importante y prestigioso galardón internacional Nansen -instituido en 1954- al gran pianista argentino Miguel Angel Estrella, un artista de harto merecido prestigio internacional. De tal manera, junto con otras tres personalidades, el organismo le reconoció el enorme aporte que para la humanidad y la paz del mundo representa la Fundación Música Esperanza. Creada y presidida por el propio Estrella, con 55 filiales distribuidas en Europa, América, Oriente Medio y Africa, el objetivo de la entidad es ayudar a los desheredados del mundo, sin distinciones de raza e ideología; defender los derechos humanos y abogar por la paz. En procura de esa enorme meta, el gran artista nacido en Tucumán en 1940 lleva adelante una infatigable tarea, reconocida tanto como su virtuosismo pianístico. Secuestrado en 1977 por fuerzas paramilitares del Uruguay, permaneció desaparecido en un centro clandestino de detención, donde fue sometido a torturas. La enorme presión mundial que se abatió sobre el país en aquellos días obligó a que el gobierno oriental regularizara su arresto. De tal manera, el artista estuvo detenido durante dos años y medio en la prisión de Libertad -toda una paradoja-, a 60 kilómetros de Montevideo. Finalmente liberado, se exilió en Europa, donde decidió crear la fundación con la que, a lo largo y ancho del mundo, realiza anualmente unos 50 conciertos solidarios con el fin de contribuir a materializar sus fines. Miguel Angel Estrella es un artista argentino de enorme y merecido prestigio mundial, ahora también reconocido en su condición de gran humanista por la Organización de las Naciones Unidas. La impagable música que, a impulsos de su enorme talento, le arrancan al piano sus manos virtuosas y el paradigma de su vida es un verdadero timbre de orgullo para el país, esta misma Argentina que muchas veces, igual que a otros grandes, supo no tenerlo demasiado en cuenta.
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