SILVIA CARAFA
La Capital
Miguel Torres. - Un grupo de vecinos insiste en oponerse a la instalación de un horno crematorio en la pequeña localidad, temerosos de que luego se utilice para la incineración de residuos patológicos. El debate sobre el tema continúa aún después de que el presidente comunal Vicente D'Amico y el titular de ese proyecto privado, Sergio Stampone, desestimaron que pueda existir tal derivación. En tanto, otro sector de la población abriga expectativas sobre la obra como fuente de trabajo.
Con la consigna más vale prevenir que lamentar, los vecinos que se oponen al crematorio -el cual, no obstante, está anunciado como horno incinerador de restos humanos y animales- llegaron con su inquietud hasta Greenpeace, entidad que convocó a la Coalición Ciudadana Antiincineración de Villa Constitución, para que los represente en el lugar a través de Jorge Nallino.
Jorge Di Gregorio, portavoz de los vecinos opositores, sostuvo que según la ordenanza que reglamenta su instalación, puede convertirse en un horno pirolítico encubierto para los residuos patológicos, cosa con la cual no están de acuerdo por los perjuicios que trae para el medio ambiente, explicó.
Según Di Gregorio, el temor de que el crematorio se pueda utilizar para residuos peligrosos surge del artículo 25º de la ordenanza dada por D'Amico, en el que se puntualiza que no se podrán quemar residuos patológicos sin la previa autorización comunal. No actuamos contra el horno sino contra la contaminación, dijo y acotó que el hecho de disentir con el proyecto no tiene ningún tinte político. Cuando el presidente comunal inauguró obras estuvimos para felicitarlo, también trabajamos en el comedor escolar, no se trata de hacer oposición sino de luchar por la salud y el medio ambiente, acotó Di Gregorio.
Por su parte, Nallino, dijo que la organización está presente en todo el país con el objetivo de luchar contra la incineración de residuos patológicos y tóxicos. Venimos a solidarizarnos con la gente de Miguel Torres porque decimos que detrás de la fachada de un horno crematorio se instala la incineración de residuos patológicos, peligrosos y tóxicos, puntualizó.
Cremación de cadáveres
Según Nallino, a pesar de que toda incineración se hace en un horno, la cremación de cadáveres o restos orgánicos sólo genera componentes orgánicos que, con los debidos recaudos técnicos, no actúan como contaminante; dicha emisión consta de partículas y olores que se pueden corregir con filtros o con la altura de la chimenea.
Distinto es el caso de la incineración de residuos patológicos porque emite sustancias más peligrosas de las que se busca eliminar, como dioxinas y metales pesado, ambas a nivel gaseoso. La dioxina es cancerígena, no existe como tal en la naturaleza, y se genera por la incineración de productos clorados entre ellos los que contienen policloruro de vinilo (PVC), y materiales descartables que se utilizan en medicina como jeringas, agujas, sachés de sueros y tubuladuras, entre otros.
Respecto de los metales pesados, Nallino dijo que son elementos moleculares que se adicionan al PVC para dar dureza, rigidez o flexibilidad o para fijar los colores. Entre los que emite un incinerador de residuos patológicos, se puede contabilizar cromo, cadmio, plomo, mercurio y aluminio, todos de gran efecto nocivo sobre la salud humana y animal, enfatizó.
La Ciudad
