El obispo emérito de Viedma Miguel Hesayne aseguró ayer que la respuesta dada por el gobierno al Episcopado, luego del duro documento de los obispos reclamando a la dirigencia política grandes gestos que privilegien a los más pobres, me recuerda a las contestaciones de la junta militar a nuestras denuncias sobre violaciones a los derechos humanos.
O el Episcopado no ha sido claro y profético en la exposición o es una manera diplomática de no reconocer la responsabilidad que le toca al gobierno, y al presidente en particular, y no se atiende con realismo la situación de hambre que sufre la mayoría de la población, resaltó el prelado respecto de la carta que se conoció el viernes firmada por el jefe de Estado Fernando de la Rúa y dirigida al titular de la Conferencia Episcopal, Estanislao Karlic.
En la misiva el presidente agradeció la comprensión de los obispos ante los esfuerzos del gobierno para superar las dificultades y la coincidencia con la Iglesia en su preocupación por la crisis moral, la marginación y las necesidades insatisfechas que sufren tantos conciudadanos.
En declaraciones al diario El Tiempo de Azul, Hesayne criticó al gobierno porque está aplicando una continuidad en el sistema y por eso estamos económicamente peor, sostuvo.
Un sistema perverso
El sistema es perverso, es el causante de la miseria que va creciendo y es el sistema neoliberal, resaltó, por lo cual exigió salir de ese camino porque, de lo contrario, haremos beneficencia, que es una de las trampas del neoliberalismo porque es algo así como una aspirina para una enfermedad gravísima, opinó.
Estamos como en la época de la dictadura, en una democracia formal, el principio que rige es que el fin justifica los medios y eso es antidemocrático porque no se puede mediatizar ni a una persona y esto se está haciendo con millones de argentinos, se los está utilizando como víctimas, tanto del Mercosur como de la deuda externa, aseguró.
El gobierno está muy preocupado por quedar bien con el Fondo Monetario Internacional. ¿Y los habitantes de este país?, se preguntó el obispo.
El religioso advirtió que son numerosos los dirigentes que participan frecuentemente de la Eucaristía, que se consideran cristianos prácticos, en cambio, remarcó, la economía no se la encara con valores evangélicos, no la encaran como cristianos que se dicen.
En ese sentido, recordó que la delegación de dirigentes que viajó al Vaticano para participar del Jubileo de los Políticos fue la más numerosa del mundo, pero ¿y cuándo vuelvan?, ¿cumplirán con lo que el Papa dijo cuando les pidió que dobleguen al mercado para que no sea el absoluto, sino que sirva al hombre, cuestionó. Al respecto también convocó a los empresarios cristianos a pensar en la austeridad, gastar menos y crear fuentes de trabajo aún con menos ganancias.
Me temo que este documento resbale como un chaparrón sobre la piedra, concluyó Hesayne en referencia al duro análisis efectuado por el Episcopado en torno de la situación social.
La Ciudad
