Son días turbulentos para el bloque de senadores nacionales justicialistas, porque a los habituales ajetreos parlamentarios se han sumado muchos movimientos internos que presagian nuevos encontronazos. En los últimos días se registraron amagues de fuga que llegaron a alentar a los justicialistas que están enrolados en la disidencia franca y que formalizaron el sub-bloque 17 de Octubre: Antonio Cafiero, Jorge Villaverde y Héctor Maya. Sorpresivamente uno de ellos fue Carlos Corach, un habitual componedor, que se sintió desairado por no haber sido notificado del encuentro secreto que mantuvo el jefe del bloque, José Luis Gioja, con el presidente Fernando de la Rúa, en el marco de las tratativas por el pacto fiscal y el presupuesto. Disconforme, dejó correr la versión de que se integraría al sub-bloque disidente, del cual ya había recibido la propuesta de ser el nexo con la bancada oficial del PJ. Tan enojado como él, el ex jefe del bloque, Augusto Alasino, lo llamó para reprocharle su actitud y recordarle la necesidad de que todos los justicialistas se mantengan abroquelados hasta que pase la tormenta judicial. Pero Corach no estuvo solo en sus amagues. Con desmentidas públicas y admisiones privadas, entre los disconformes se sumaron el santacruceño Eduardo Arnold, uno de los integrantes de la mesa de conducción que hace rato no ejerce como tal, y el tucumano José Carbonell. No existe un intento por desestabilizar a Gioja, pero sí hay cuestionamientos porque no se enfrenta con decisión a Alasino y sus antiguos acompañantes de la mesa de conducción. Un tema volvió a poner las diferencias sobre la mesa: la renuncia del santafesino Jorge Massat, quien está acusado de enriquecimiento ilícito y lavado de dinero. Como su dimisión todavía no fue aceptada por el Senado, Massat recorrió en los últimos diez días varios despachos de sus compañeros de bancada para comentarles el rumbo favorable que, según su interpretación, tomaba la causa en su contra y sugerir una revisión de la decisión que adoptó. Si bien la conducción del bloque no está decidida a pagar semejante costo político, hay un sector que manifestó en las reuniones de bloque su voluntad de rechazarle la renuncia, por considerar que hacer lo contrario implicaría una condena política sin pruebas. Naturalmente, la suerte de Massat está atada a la del radical Juan Melgarejo, quien se encuentra en la misma situación y también en algún momento sondeó la posibilidad de dar marcha atrás con su decisión. El tema también derivó en un cruce con Jorge Yoma, quien como presidente de Asuntos Constitucionales tiene formalmente en sus manos el asunto. Me niego a seguir tratando pavadas en la comisión. Estoy podrido de cuestiones de privilegio y renuncias que no me corresponde tratar, expresó el riojano cuando insistieron en derivarle el asunto a modo de atajo.
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