Tokio. El presidente peruano, Alberto Fujimori, quien enfrenta una profunda crisis política en su país, extendió ayer su visita a Japón, en medio de versiones encontradas sobre los motivos. Diplomáticos peruanos en Tokio dijeron que Fujimori extendería su visita por razones de salud, tal vez un fuerte resfriado. Sin embargo, una resolución del gobierno peruano divulgada ayer indicó que el mandatario buscaba asegurar un crédito para aliviar presiones presupuestarias.
Fujimori llegó a Tokio el viernes, en su ruta de regreso a Perú tras un breve viaje al Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (Apec) en Brunei y guardó silencio sobre rumores de que buscaba asilo político en la tierra de sus antepasados. Los rumores de que pudiera pedir asilo en Asia surgieron después que el mandatario voló a Brunei para pasar escasas horas en la cumbre de Apec, dejando tras sí una gran turbulencia política interna.
Fujimori tenía previsto partir de Tokio en la tarde de ayer para asistir a una cumbre de líderes latinoamericanos en Panamá. Es probable que Fujimori, quien planeaba partir del país para regresar a casa hoy, permanezca más tiempo debido a sus condiciones de salud, dijeron funcionarios de la embajada de Perú en Tokio, en declaraciones citadas por la agencia noticiosa Jiji. En Lima, una resolución suprema firmada por el premier Federico Salas indicó que Fujimori deberá permanecer en el Japón hasta el 22 de noviembre del 2000, a fin de continuar sus gestiones para lograr un crédito de ese país destinado a equilibrar el presupuesto de la república para el año 2001.
Un fuerte dispositivo de seguridad rodeaba la habitación de Fujimori en un lujoso hotel del centro de Tokio. Funcionarios que acompañan al mandatario peruano no dieron indicios de que tuviera problemas de salud y dijeron que su visita a la tierra de la que emigraron sus padres para buscar fortuna en Perú sería breve.
Sospechas en casa
Sin embargo, la prensa peruana ha visto con suspicacia las razones del viaje de Fujimori. Dirigentes opositores, que han eludido llamamientos para que inicien medidas en el Congreso orientadas a destituirlo bajo cargos de incapacidad moral para continuar en el cargo, hablan cada vez más abiertamente de la posibilidad de que renuncie o de que sea depuesto. Es obvio que está moviendo bienes de un sitio a otro y que está buscando (...) un sitio donde terminar después de que renuncie o después de que se le declare la vacancia, dijo a la emisora de radio local CDN el dirigente opositor Luis Solari.
Fujimori pasó la tarde del viernes reuniéndose con Hiroshi Yasuda, gobernador del Banco Japonés para la Cooperación Internacional, una institución gubernamental que asiste a países en desarrollo y maneja la ayuda para el desarrollo en ultramar, incluyendo a Perú. En septiembre, el banco extendió un préstamo de 45.000 millones de yenes (413,6 millones de dólares) a Lima. Un escándalo de sobornos en el que se vio implicado el ex asesor de inteligencia de Fujimori, Vladimiro Montesinos, precipitó a Perú en una crisis política hace dos meses, forzando al presidente a anunciar que dimitirá en julio.