Editorial

Doble traza con proyección

No caben dudas de la proyección positiva que alcanzará la doble traza parcial de la ruta AO12 anunciada recientemente, como consecuencia de la finalización exitosa de las tratativas entre el gobierno y Servicios Viales SA, la empresa concesionaria de peaje. A esa obra se agrega la circunstancia, también promisoria, de que la misma firma está encargada de refaccionar el acceso a nuestra ciudad por la autopista a Buenos Aires. Es decir, desaparecerá el calamitoso estado del tramo vial que va desde el peaje de General Lagos y hasta el puente sobre el Saladillo. Sólo quedarán sin mantenimiento privado un corto tramo de 800 metros, desde ese lugar hasta la unión con bulevar Oroño, que seguirá a cargo de Vialidad Nacional. Cabe esperar que, a diferencia de lo que indica la experiencia en estos últimos años, la repartición oficial cumpla esta vez con sus responsabilidades reducidas de manera sustancial.
La autovía en que, merced a la obra mencionada, se convertirá la vieja ruta AO12 implicará un extraordinario adelanto en función de la facilitación del tránsito, de manera especial el de los camiones que transportan mercaderías por el eje Buenos Aires-Rosario-Córdoba. De tal manera, sin necesidad de ingresar en la avenida de Circunvalación rosarina, quedarán unidas por una doble traza las autopistas que, con centro en esta ciudad, llegan hasta la capital mediterránea y hasta la capital del país. Las cabeceras de la nueva unión estarán en Roldán (al norte) y Alvear (al sur), con conexiones con la ruta nacional 33 y las provinciales 14 y 18.
Con una inversión de unos 38 millones de pesos, la obra comenzará el año próximo y se extenderá hasta el 2003. Habrá una primera etapa entre Roldán y la ruta 33, y una segunda hasta la planta de General Motors sobre la autopista Aramburu.
Basta solamente observar el mapa para comprender la extraordinaria significación que tendrá ese nuevo vínculo carretero. Es que para los rosarinos se convertirá prácticamente en una segunda avenida de Circunvalación, con todo lo que ello representa en materia de descongestión y agilitamiento del tránsito, así como en materia de seguridad para circular. A estos de por sí importantes beneficios debe sumarse la nada despreciable circunstancia de que el siempre insuficiente mantenimiento de la arteria actual acabará reducido de manera significativa como consecuencia de su menor utilización por los vehículos pesados.
Ojalá que no surjan inconvenientes mayores y que todo se desenvuelva dentro de lo previsto. Será en beneficio de todos.