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 sábado, 03 de noviembre de 2007  
Patrick Choupaut: “La docencia es una actividad que implica compromiso social”
Un dirigente del gremio docente francés analiza la política de ajuste de Nicolás Sarkozy

Patrick Choupaut ejerció por 37 años la profesión docente, básicamente como profesor de castellano en escuelas secundarias y terciarias francesas. Ahora es dirigente del Sindicato SUD (Solidaridad, Unitarios y Democráticos) de Educación de Ruán, en Normandía. Sonríe con ironía cuando se le pregunta por los ajustes que el presidente Nicolás Sarkozy encara en nombre de una “revolución cultural”, y enseguida asegura que la mayor preocupación pasa justamente por tratar de frenar esta política de flexibilización laboral.

El dirigente estuvo en La Plata y también en Rosario, invitado por la Delegación local de Amsafé.

—El reclamo salarial es el común denominador de los sindicatos docentes en Latinoamérica. ¿Por dónde pasan las demandas francesas?

—Comenzamos a compartir estos mismos problemas, porque durante muchos años hubo estabilidad de precios en Francia, pero ahora se han disparado, sobre todo los de la comida y alquileres. Aunque el problema más urgente para nosotros es tratar de parar la ola de supresión de puestos de trabajos que está haciendo el actual gobierno. En septiembre ya suprimieron 8.500 puestos docentes y para el año que viene van por otros 11 mil.

—¿Estas decisiones tienen que ver con lo que Sarkozy llama la “revolución cultural” en la función pública?

—Sarkozy ha dicho que quiere dividir por dos el número de funcionarios, y los docentes representamos a la mitad de los funcionarios. O sea que a los primeros que quieren darnos “con un palo” es a nosotros.

—¿Cómo afectan estos ajustes a la calidad educativa?

—Desde ya que la calidad bajará de manera mecánica al poner un profesor al frente de 40 alumnos, incluso porque se tratan de aulas pensadas para 28 o 30 estudiantes. Esto seguro que repercute en las condiciones pedagógicas.

—¿Y qué estrategias se dan como gremio para frenar estos ajustes al sector?

—La verdad es que ahora los docentes pasan por un estado de desánimo mezclado con cierta bronca. Es que hace cuatro años llevamos adelante una larga huelga en defensa del estatuto por la jubilación. Esperábamos que se sumaran otros gremios, que finalmente no lo hicieron y terminamos perdiendo la huelga. Si los demás gremios nos acompañan quizás la pelea sea diferente para nosotros.

—La inmigración también ha desatado en Francia varias discusiones, en especial por la postura poco tolerante del oficialismo. ¿Cómo se vive esto en la escuela?

—El presidente ha fijado un número de expulsiones por regiones, en tiempos determinados. La verdad que es algo un poco loco. El problema que enfrentamos es que los niños que están en la escuela, en teoría no son expulsables, sin embargo sus padres sí lo son, entonces es allí cuando deviene el conflicto. Por eso creamos la Red de Educación sin Fronteras, donde se trabaja caso por caso. Nos lleva mucho tiempo pero los resultados son muy buenos, porque hemos logrado impedir muchas de las expulsiones y además hacer tomar conciencia a la gente que el inmigrante no es un enemigo.

—¿Cuáles son otros problemas cotidianos que afectan hoy a las aulas de su país?

—La gran mayoría de los compañeros se desviven en hacer el trabajo lo mejor posible, en las condiciones más adversas. Por eso creo que este señor que quiere que trabajemos más debería ver cómo se enseña en los barrios periféricos, donde hemos hecho asistencia social con los alumnos y los padres. La docencia no es una actividad que sólo tiene un aspecto técnico, sino que es una actividad humana que implica también un compromiso social.

—¿Como sindicalista qué desafío tiene más allá de lo coyuntural?

—Muchos. Pero en particular darle a la totalidad de la juventud la mejor formación posible. Con las políticas actuales no lo vamos a alcanzar. Tanto en Francia como en la Argentina habría que ver de una vez por todas a la educación como la prioridad número uno.

—¿Qué impresión recoge de su breve paso por el país de los maestros argentinos?

—Lo que he visto en La Plata y en Rosario, igual que nosotros, es que el magisterio es bien combativo. Nos hermanamos en la combatividad.


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Patrick Choupaut visitó Rosario invitado por la Amsafé local.

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