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 sábado, 06 de octubre de 2007  
“Dios Punk” continuará cantando, pero más bajo

Javier Messina, el cantante de punk rock callejero conocido como “Dios Punk”, nunca pensó que se haría tan conocido después de que lo tildaran de “desafinado”. Es más, cuando leyó anteayer en La Capital el epíteto en boca de los vecinos se agarró la cabeza: “Estoy muerto como artista”, lamentó. Nada de eso. Lo llamaron de decenas de medios de la ciudad y el país, y su pelea con los vecinos y comerciantes de Córdoba y Corrientes, esquina donde se paraba a cantar y tocar su guitarra, tuvo un final civilizado.

Javier había sido repudiado por la gente que trabaja en ese cruce céntrico. Lo acusaron de “pegar alaridos” a un volumen desmedido y comenzaron a juntar firmas para que el municipio lo echara del lugar.

Reunido. El músico tuvo ayer una reunión con funcionarios de la Secretaría de Cultura. Hasta allí llevó su contraofensiva: más de 80 firmas en apoyo de su espectáculo. Acordó correrse unos metros hacia la esquina opuesta de la cuadra (Entre Ríos) y bajar el volumen de su amplificador tal como dispone la ordenanza Nº 7.016 que regula la actuación de los artistas callejeros. La norma fija en su artículo 2º no elevar el sonido a más de 60 decibeles.

“Yo no tengo ganas de pelearme más con nadie, sólo quiero cantar lo mío; lamento que a muchos no les guste pero no se puede ser tan intolerante”, dijo el joven, de 25 años, que ahora, con todo en regla, seguirá bajo su capucha negra entonando temas de los Bull Dog a su piaccere, desde las 18 a las 19, en la peatonal y los fines de semana en el parque de España. Quien quiera escucharlo podrá ubicarlo allí y por qué no dejarle alguna que otra moneda, ya que él vive de lo que canta. Quien no, sólo deberá seguir caminando.
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