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 domingo, 30 de septiembre de 2007  
Amantes en tiempos de revoluciones

Lisy Smiles / La Capital

La década del 60 sin dudas fue el escenario en el que se disparó gran parte del clima cultural que acompañó el final del siglo XX. En ese marco se ubica la conocida revolución sexual que, de la mano del movimiento hippie, liberó a más de un joven de por entonces. Es desde ese lugar que hoy debe inscribirse la lectura de “En brazos de la mujer madura”, una novela del húngaro Stephen Vizinczey (1933). La aclaración vale en tanto la primera edición llegó gracias al propio escritor, que a los 23 años llegó a Canadá luego de escapar de su país natal tras la fallida revolución contra el estalinismo en 1956.

   Cuando Vizinczey llegó a Toronto tenía apenas unos dólares en el bolsillo y no manejaba el inglés más allá de un manojo de palabras aprendidas en su vida de estudiante universitario. La impresión de su novela corrió por su cuenta y desde entonces quedó registrada en la lista de best sellers y el inglés logró casi reemplazar a su lengua materna, algo que el propio protagonista de su novela teme que sucederá como un efecto más de su exilio.

   Es que sin ser absolutamente autobiográfica, “En brazos de la mujer madura”, ahora reeditada por Del Nuevo Extremo, sí es un texto autorreferencial. Ese alterego se llama András Vajda. A ambos el nazismo lea arrebató el padre, y a partir de ese momento las mujeres los desvelaron.

   András comenzará a inquietarse con las amigas de su madre y sus tías. Las de su edad entonces y luego nunca le interesaron, o poco le entusiasmaron. Las maduras despertaron en él una cierta intriga y siempre un desafío.

   Al relatar las andanzas de este personaje, Vizinczey busca tocar las fibras eróticas del lector pero además recrea el ambiente de la Hungría de entonces, el fin de la Segunda Guerra Mundial, la ocupación rusa, la rebelión contra el estalinismo, el exilio primero en Italia, luego la llegada a Canadá y el futuro en Estados Unidos.

   Tras el intento con una mujer varias décadas mayor que András, este joven amante también intentará suerte con una prostituta y una joven de su edad hasta lograr enamorarse de una vecina casada. Luego conocerá la infidelidad propia y ajena, y nuevos encuentros prohibidos. Quizá sin sorprender hoy en pleno siglo XXI, el joven húngaro se topará con mujeres casadas, vírgenes, frígidas y también con aquellas que lograron superar tabúes.

   Millones de lectores recorrieron las páginas de esta novela a lo largo de estos más de 40 años, un texto que hoy puede leerse no sin placer pero sin mayores sobresaltos.


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