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 miércoles, 22 de agosto de 2007  
Córdoba faltó a la cita
Cayó 2-0 ante Atlanta y no pudo llegar a la punta

Elbio Evangeliste / Ovación

A sólo tres fechas del inicio del torneo, Central Córdoba pegó el primer faltazo a una cita. Futbolísticamente el equipo quedó en deuda y un poco más, por eso le fue imposible ganarse el poroto (gordo) de convertirse en líder. Valdrá la autocrítica y la corrección de los errores cometidos para que en otra oportunidad de similares características la cosa pueda encontrar un epílogo satisfactorio. Por lo pronto, anoche Atlanta pareció poner en vereda a un charrúa que no sólo perdió (0-2), sino que ya comenzó a mostrar esos altibajos que suelen sepultar las aspiraciones de un conjunto que se sienta capaz de prometer protagonismo.

  La superioridad bohemia no fue abrumadora, aunque sí precisa. Tal vez esté de más decir que no es tiempo para que suene ningún tipo de alarma, pero si ante la posibilidad de ganar, en casa sobre todo, el equipo se pierde, el panorama a futuro se perfila para no ser del todo alentador.

  En el despertar del partido las imprecisiones del Matador comenzaron a ser evidentes (Liendo desperdició dos asistencias con tiempo y espacio) y encima todo se complicó con la corrida de Molina, correctamente habilitado, que desembocó en la apertura del marcador por parte de Romero. Es que esa jugada generó no sólo la impaciencia de la gente, sino también el nerviosismo de los jugadores, que se preocuparon más por discutir cada fallo de Derevnín que en tratar de mejorar lo flojo que se había hecho hasta allí. Y el desconcierto fue tal que de no haber sido por un par de oportunas intervenciones de Santilli, la ida a los vestuarios bien pudo ser mucho más dura.

  ¿Cuál fue la apuesta charrúa para el resto? Mucha enjundia pero casi nada de fútbol. Con ese poquito, las chances, que no fueron muchas, llegaron. El tema es que ni esa arremetida logró perpetuarse en el tiempo. De a poco el charrúa se fue desinflando y así inquietó cada vez menos.

  Y mientras Forgués demoraba en rubricar una apuesta más osada, Molina aprovechaba el quedo de Jorge Del Bono para entrar en diagonal al área charrúa (nadie llegó a cubrirlo) y cerrar el partido, aún con 20 minutos por delante.

  Ahí sí el DT mandó a Bertollo y a Lenci a la cancha, pero nada cambió. Si hasta a Bezombe no le salió casi ninguna. Es más, Marcos Del Bono, quien mostró solvencia en defensa y llegó tres veces a posición de gol, fue el único que pareció entender de qué se trataba la cosa.

  La mesa para degustar no era del todo voluminosa (sólo por tratarse de la tercera fecha), pero treparse a la punta ameritaba un desempeño que fuera de la mano con lo que las circunstancias imponían. Así, la noche feliz que muchos imaginaron terminó en lamentos. Y todo por faltar a la cita. l
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Pasó de largo. Miño y Raschetti intentan darle destino a la pelota que llega de aire. Córdoba dejó pasar la chance de ser puntero.

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