Bomberos de Ushuaia, entre tiroteos y derrumbes, rescatan cuerpos en Perú

Equipados con moderna tecnología y perros participan con equipos de la ONU en la devasta Pisco

En una virtual “tierra de nadie”, entre saqueos y enfrentamientos armados y constantes derrumbes por las reiteradas réplicas del sismo, bomberos de Ushuaia participan en las tareas de rescate tras el terremoto que el miércoles último en Perú alcanzó 8 grados de intensidad y que dejó 600 muertos, más de 1.500 heridos y derrumbó unas 35 mil edificaciones.

   El grupo argentino, junto a cientos de sus pares de diversos países y equipados con moderna tecnología para la búsqueda de sobrevivientes y cadáveres bajo los escombros, trabaja hasta caer el sol. Luego, al retirarse el Ejército peruano, deben replegarse ante la acción de bandas dedicadas al saqueo.



Tiroteos. Francisco Solís, ayudante de primera del equipo argentino, explicó: “Es como si hubiera caído una enorme bomba, que destruyó los edificios más antiguos y luego unos derrumbaron a otros en cadena”. El grupo trabaja en Pisco, una de las ciudades más afectadas por el sismo

   Debido a los violentos enfrentamientos, “anoche atendimos a dos personas con heridas de armas de fuego, un policía y un poblador”, contó Solís.

   “Las bandas armadas roban mercados, almacenes, farmacias, en el marco de un caos total”, explicó.

   “Hay enfrentamientos entre policías y delincuentes, y trabajar en esas condiciones es peligroso. Hacíamos rescates nocturnos con otros bomberos y perros, pero cuando el Ejército retiró la custodia debimos suspenderlos”, agregó el experto.

   El domingo último, algunos de los rescatistas fueron tiroteados y debieron refugiarse entre escombros. Al otro día volvieron a Buenos Aires.

   Eduardo Solari, jefe del cuartel de bomberos de Ushuaia _el único cuerpo del país especializado en el Método Arcón de rescates_, explicó ellos viajaron supervisados por la organización Bomberos Unidos Sin Fronteras.

   “Trabajamos con los perros entrenados especialmente en Huelva, España”, dijo Solari. “Allí nació un método adoptado por la ONU como el principal y más efectivo modo de rescatar a personas sepultadas bajo escombros”.

   El grupo está bajo órdenes del comando general de la emergencia y trabaja con bomberos de Chile, Perú y EEUU con sede en el derrumbado hotel Embassy, de Pisco.

   “Toda la estructura está muy colapsada, endeble, y puede haber más derrumbes en cualquier momento. Los perros detectaron ya cuatro cadáveres de los pisos superiores, que debemos retirar, y hay que ir con cuidado para no perder vidas de los rescatistas, de los perros especializados ni equipos”, dijo Solís.

   Ayer, una réplica de 5,1 grados se sintió en Pisco. Un chico de 15 años sufrió severos golpes en la cabeza y en la espalda cuando cayó mientras corría para ponerse a salvo de los escombros que se desprendían de su humilde casa.



La lucha por el agua. Luego de enterrar a sus muertos y tratar de reorganizar sus vidas, miles de sobrevivientes del terremoto ahora luchan por conseguir un poco de agua y un bocado de alimento.

   “¡Agua, dennos agua!”, gritaban decenas de personas al paso de un viejo camión cisterna.

   Escoltado por soldados, el conductor del camión ignoraba las súplicas de niños que pedían “un poquito de agua”.

   Víctor Garcés, de 45 años, tenía como misión llevar el cargamento a la barriada de San Clemente, en la desértica loma donde cientos de personas murieron sepultadas bajo paredes de adobe y techos de paja. Una larga fila de vecinos lo aguardaba l (Télam y AP)

Varios bomberos fueron atacados por bandas armadas mientras operaban de noche en Pisco.