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 sábado, 18 de agosto de 2007  
El arte en el aula: experiencias creativas desde talleres escolares

Micaela Pereyra / La Capital

Una de las mejores maneras de conocer es haciendo. Así lo entienden las maestras de la Escuela Nº 1337 Carlos Sylvestre Begnis, que a través de propuestas creativas y talleres expresivos convocan a los chicos a explorar otros lenguajes y a producir sus propias obras. Es así que fueron abriendo espacios para que los chicos se expresen por medio de dibujos y la palabra.

En plástica el vuelco se dio el año pasado cuando surgió la iniciativa de reproducir obras de arte de distintos artistas rosarinos y del mundo. El resultado es impactante. Las producciones de los chicos, que ahora están en 5º año del EGB, sorprenden a todos por el tamaño, los colores, las técnicas utilizadas, la fidelidad a la obra y también los cambios que cada grupo realizó al original.

“Teníamos que trabajar con el punto, la línea y la forma pero queríamos algo diferente al dibujo directo con ceritas o pinturita. Se nos ocurrió trabajar sobre obras de arte en lugar de una figura cualquiera”, explica María Andrea Ghirardi la docente de plástica que junto a la de lengua, Lucía Ruggeri, coordinaron el trabajo.

Los chicos trabajaron en grupo, tomando cada uno una obra distinta. Lo hicieron con los rosarinos Leónidas Gambartes y Antonio Berni, y otros pintores como Emilio Pettoruti y Xul Solar. También con obras de Diego Rivera, Joan Miró, Vincent Van Gogh, Leonardo Da Vinci y Wassily Kandinsky.

El desafío fue el tamaño de los trabajos que alcanzaron dimensiones aproximadas a la altura de los propios chicos. Encontraron la manera —apunta Ghirardi— de “trabajar a lo grande”. Las obras miden 1 x 1,70 metro, hechas sobre papel misionero luego puesto sobre cartones y hoy expuesto en atriles en distintos lugares. De las 18 obras realizadas, cuatro se exponen en el espacio de Arte y Ciencia (Alvear 1475).

Germán, de 13 años, presentado por sus compañeros como el mejor dibujante, pidió pintar "La Gioconda" “porque es difícil y tiene muchos detalles”, comenta y agrega: “Primero la dibujé en general y después fui marcando otros rasgos, además sé que tiene secretos, algo en la mirada”.

“Los girasoles” de Van Gogh fue otra de las obras reinterpretadas. “Primero dibujamos los doce girasoles y después los rellenamos con papel crepe enrollado, le pusimos corchos y porotos, y agregamos muchos más colores de los que tenía la obra”, señala Mariela y revela que leyó que el pintor hizo este cuadro “una semana antes de cortarse la oreja”.

Melanie, de 11 años, como una verdadera crítica en la materia comenta que en las pinturas de Kandinsky, exponente del arte abstracto, “hay muchos objetos, son más fantásticos”, mientras que “los otros dibujos son más reales”, en referencia a los de Van Gogh y Berni.

Agustina, Verónica y Melanie son algunas de las nenas que pintaron a “Juanito Laguna remontando su barrilete” y averiguaron sobre la vida de su autor, y armaron poesías, dicen mientras recuerdan que en la ciudad hay una muestra sobre Berni. La obra de Miró, “Pájaro que vuela en el bosque...” tomó un rumbo propio según relata Santiago: “Tenía muchas curvas así que buscamos distintas maneras, pusimos cartoncitos para hacer circuitos, y otras ondas las hicimos con lentejas y papel crepe, además está la cara de un gato”.

“Tardamos como cuatro meses”, explica Mauro mientras detalla los materiales usados para delinear y rellenar las calas típicas de la obra de Rivera, “con papel y lana marrón hicimos las ramas de las flores, con polenta hicimos el polen de la flor, éramos siete varones en el grupo y algunos se ocuparon de hacer la ropa de la mujer”, indica al tiempo que señala la pintura “Calle de Milán”, de Petorutti realizada con técnicas similares. Samy explica que a “El Predicador”, de Xul Solar, le agregaron palitos de helados, corcho y lana.

En la escuela de barrio Acíndar, no hay estufas y cuando la puerta del salón se abre hay que estar bien agarrados porque el viento arremolinado arremete contra los cuerpos. La deficiente infraestructura, la falta de materiales y otras carencias complican la tarea diaria de la enseñanza, sin embargo encuentra fortaleza para seguir en la voluntad de las docentes.


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Los chicos de las Escuela Nº 1.337 trabajan en la clase de plástica con obras de artistas de todo el mundo.

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